Lo anticipamos en este medio, en menos de dos semanas hubo dos aumentos con lo cual ,desde inicio de mes, la carne acumula un incremento del 15% promedio, y no conforme con el saqueo al bolsillo del trabajador anuncian nuevas subas hasta fin de año.

Después de la elección el ruido a tripa en Argentina se hace popular la mayoría de los cortes de carne el kilogramo entre $850 a $950 y no hay menudencia que cueste menos de 300 pesos. Y como una burla. El kilo de chunchulines (tripa) en alguna carnicería lo están vendiendo a 600 pesos.
El precio de la carne vacuna avanzó en la víspera y con esta suba, la segunda en la semana, la mayoría de los cortes de ternera y de novillo, lo reiteramos aunque en el país de las vacas resulte increíble, subieron hasta los $900 a $1.100 por kilogramo en los distintos negocios que ofrecen estos productos en la capital santiagueña.
En varios comercios, hubo una suba el miércoles que siguió a una anterior de la semana previa. Pero, la mayoría de las carnicerías cuando aún no habían terminado de reacomodar los precios con los que iniciaron el miércoles, recibieron este jueves vía llamados telefónicos, mensajes de audio y mails, una nueva lista con otro reajuste que dejó viejos los precios del miércoles.
En este contexto, hay quienes optaron por trasladar desde ayer esos nuevos valores. Pero otros, decidieron no hacerlo para evitar el disgusto de los consumidores por el cambio de precio en dos días seguidos.
A su vez, otros negocios más importantes, decidieron publicitar en sus redes sociales los precios por medio kilogramo. Según un reporte del diario El Liberal
El Municipal Web consultó en la vía pública en realidad y la mayoría coincidió en mostrar sus descontento, algunos proponen medidas populares contra la cadena de comercialización del producto.
Al respecto, Martin Ruiz Díaz, expresó: "Es una vergüenza, el gobierno tiene que ponerle mano dura al campo, con la venta de cinco vacas quieren comprar una Toyota, los que más tienen y pueden, están haciendo mierd…el país…dejémonos de joder los argentinos".
María Celia Anderson, "yo estoy saliendo de la carnicería horrorizada con los nuevos precios de la carne, los santiagueños y todos los argentinos, debiéramos por las redes sociales, ponernos de acuerdo y suspender la carne de vaca de nuestros alimentos. Hay que consumir carne de cerdo, pollo y vamos a ver qué pasa con este sector de anti argentinos que no contemplan la crítica situación económica y se quieren salvar ellos solos exprimiendo el bolsillo del trabajador argentino".
José Manuel Collado, carnicero, dijo: “A mí me da vergüenza, tengo mi carnicería en un barrio humilde, donde vive gente que vive el días a día, que viene al negocio con 200 pesos o 300 a comprarme un pedacito de blando para darle el gustito al guiso…y con ese dinero que les puedo vender y cada vez se me está haciendo más difícil reponer y pagarle al matarife, la verdad ya no se qué hacer, me parece que estoy más cerca de serrar mi carnicería".