Se exhiben en terrenos baldíos, a la vera de la ruta nacional 16, junto a los caminos rurales en la salida del pueblo  y  en cualquier espacio verde. Un inconveniente que produce focos infecciosos que atentan contra la salud de la población.

 Los  basurales espontáneos no logran ser erradicados en esta ciudad, con la repetida acción de los vecinos de arrojar sus desperdicios en terrenos baldíos y hasta en  espacios públicos, o  la vera de los  caminos en la salida del pueblo hacía las comunidades rurales generándose en la periferia de la ciudad no solamente una imagen que “afea” la ciudad, sino también focos infecciosos peligrosos para la salud pública.

La basura cuya tosida se triplica, debido al desinterés de la municipalidad, de al menos concientizar y  resolver un grave problema de insalubridad con estos basurales, que es cierto también es responsabilidad de los vecinos, que arrojan la basura sin medir consecuencias para la salud.

Los camiones recolectores de la municipalidad cumplen el servicio únicamente por las calles asfaltadas de la ciudad. En el resto de los barrios, donde la población se multiplica y sin más donde depositar obligados tienen que arrojar la basura a la vera de la ruta nacional 16 o de los caminos rurales de las afuera de la ciudad, donde también se observa a muchos comerciantes arrojan sus desechos.

Es que donde no hay planificación para cumplir servicios, todo funciona a lo que me importa y el que sufre siempre es el mismo pueblo victima de la pasividad de un municipio que hace tiempo perdió el rumbo.