En los hospitales trasciende con frecuencia la atención de niños que ingieren, por descuido, elementos pequeñas como bolitas, pilas de relojes, y otros juguetes más chicos que son muy peligrosos.

En niños de un año, y hasta los tres, un elemento muy perjudicial son las pilas o botones, al igual que los líquidos inflamables.

“Esos objetos no pueden estar de ninguna manera al alcance de un niño pequeño, es gravísimo lo que puede suceder si se tragan”, advierte la pediatra Lucrecia Parreño. Peligrosísimas, si se ingieren pueden hasta perforar tejidos del sistema digestivo.

Para prevenir ese y otros riesgos aconseja ir viendo posibles formas de prevención en todo lo que se tiene en la casa. Por ejemplo colocando barreras de protección en balcones, en escaleras y en ventanas. Y si hay piletas sí o sí tienen que tener un cerco.

“Los productos tóxicos y fármacos deben guardarse en muebles en altura y cerrados con llave o cierres de seguridad; lo mismo para bloquear cajones y enchufes, en este último es muy importante que en la vivienda haya buenas conexiones eléctricas y disyuntor”, señala.

Andador desaconsejado

Una de las peores combinaciones en las caídas de bebés es el uso de andador y escaleras.

“Al andador los pediatras no lo recomendamos para nada porque además de dar velocidad al impulso y ser un potencial generador de lesiones, tiene muchísimas consecuencias para todo lo que es el desarrollo del aparato musculo esquelético de los niños”, señala Parreño, exintegrante del servicio de crecimiento y desarrollo -de 2011 a 2018- del hospital nacional Posadas.  

La puericultora Aldana Contrera agrega más evidencia: “A los bebés que todavía no caminan el andador les permite llegar a lugares que no alcanzarían por sus propios medios. Entonces por ejemplo se les facilita tironear manteles, cortinas, cajoneras, con todos los objetos que puedan estar apoyados por encima y que al caer los golpee o lastime”.