Los vecinos lindantes con el cementerio de Monte Quemado están dispuestos a resistir todo intento  de cavar las sepulturas frente de sus viviendas.

Tal como lo había anticipado El Municipal Web en ediciones anteriores, donde la anterior gestión de gobierno destacó la necesidad de un proyecto para construir un nuevo cementerio y evitar el colapso, fue totalmente abandonado por parte de la actual gestión del intendente Manuel Osvaldo Castillo, y hoy la situación es crítica con respecto al lugar donde van a ser sepultado los muertos.

Al respecto, los vecinos  de los sectores norte y este del barrio San Cayetano, lindantes con el murallón del cementerio expresaron: “En la cabeza de quién cabe que vamos admitir que abran más fosas y se amplíe el cementerio fuera del murallón, construyendo al frente de nuestras viviendas, calle de por medio, las fosas que derivará que las familias vivamos prácticamente dentro del cementerio, conviviendo con las cruces y los ataúdes en espera de poder enterrarlos, y mucho menos con los entierros en fosas comunes, en las que son sepultados las víctimas del Covid-19, con el riesgo de contagio que nos va exponer a los vecinos”.   

La mujer, que no reveló su nombre, señaló que la situación actual es porque las autoridades de la municipalidad de Monte Quemado hace ya más de dos años que están en el gobierno, “confieso que a Pito Castillo lo he votado y reconozco que han tenido tiempo suficiente de continuar con el proyecto del gobierno anterior y ahora desesperados se inclinen a resolver un problema de vieja data por lo más fácil”.

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 “Intenta convertir el patio y las veredas de nuestras casas, sin tener en cuenta la Bioseguridad. Nosotros no vamos a permitir y mucho menos que caven fosas comunes porque tenemos niños, mujeres embarazadas y adultos mayores,  pedimos los vecinos del San Cayetano a la población que reflexione al respecto, nos da mucha pena que tengan que actuar de esta manera",  señaló.

SITUACIÓN CRÍTICA EN LA CIUDAD

La situación para enterrar a un fallecido en Monte Quemado, una ciudad de 42.000 habitantes es crítica, los deudos por un lado con derecho presionan y los vecinos que se niegan  caven las sepulturas  al frente de sus viviendas y todo por responsabilidad  de una gestión de gobierno, que hace mucho tiempo perdió el rumbo con la complicidad, de un Consejo Deliberante que se niega a corregir olvidando que representan  al pueblo  que sufre las consecuencias.