Por Tony Villavicencio | El gobierno de Gerardo Zamora puso en marcha con marcado éxito el Plan nutricional de la primera infancia Mis primeros 1.700 días, beneficiando a más de 5.000 niños santiagueños de sectores vulnerables de la provincia.

Según estudios determinan que las alteraciones en la audición, el bajo rendimiento escolar y las dificultades en el lenguaje son algunos de los factores comunes en niños que padecieron algún tipo de desnutrición en el período de gestación hasta los cuatro años de edad. Según estudios de la Fundación Conín y el Instituto de Investigaciones Neurológicos Fleni de la provincia de Mendoza.  

Teniendo en cuenta los resultados con respecto a los efectos de la mala   alimentación y sus consecuencias en el desarrollo del niño el gobierno de Gerardo Zamora puso en marcha en la provincia el primer plan nutricional provincial denominado mis “Primeros 1.700 días” destinado a mujeres embarazadas y en periodo de lactancia de niño/as a partir de los seis meses hasta los cuatro años de edad y que se encuentran en situación de vulnerabilidad social.

El programa en sus características es el primero en el país destinado a la atención de la primera infancia  que tiene como objetivo proteger la salud de madres e hijos, brindando la oportunidad de tener al niño un desarrollo integral en sus condiciones físicas, cognitivas, sociales y culturales y que se lo viene aplicando en todo el territorio de la Provincia de manera sostenida y exitosa.

Mis Primeros 1.700 por ser más explicativos brinda asistencia sanitaria, educacional nutricional y un suplemento alimentario destinado a la mujer embarazada y la puérpera (bebida láctea), el bebé de 6 meses a 12 meses (cereal) y el niño/a de 1 a 4 años (postre) de acuerdo a las necesidades nutricionales de cada etapa de la vida, con el objetivo de asegurar un desarrollo y crecimiento óptimo y en su aplicación contiene a más de 5.000 niños santiagueños en situación de vulnerabilidad.

Para comprender la verdadera dimensión que tiene este plan nutricional es necesario recurrir al estudio que fue llevado a cabo por la fundación Conín y el Instituto e Investigaciones Neurológicos Fleni, en donde se relevó a 32 niños de 6 a 8 años que asisten a los dos centros de promoción y prevención de la desnutrición infantil pertenecientes a la fundación en la ciudad de Mendoza.

El trabajo concluyó que el 84% de los niños que había tenido problemas de desnutrición en el primer año de vida presenta problemas o alteraciones en el sistema lingüístico, mientras que el 59% sufre alguna patología auditiva. Las muestras indican que los chicos tienen un uso restringido de frases, repiten consignas, tardan en responder y tienen baja inteligibilidad del habla en general.

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Gabriela Sabio, quien está al frente de uno de los centros de prevención del Conín y es coautora del estudio, explicó que la mayoría de los chicos evidenciaba "escaso vocabulario, dificultad para la comprensión de frases y absurdos verbales por debajo de lo esperable para su edad cronológica". Sabio sostuvo que las dificultades lingüísticas de los chicos podrían ser un correlato con su bajo rendimiento escolar "porque estarían influyendo en la falta de comprensión de consignas dadas, especialmente en ámbitos acústicamente adversos como las aulas escolares".

La especialista señaló que las alteraciones podrían corresponderse con el medio socio-económico-cultural bajo correspondiente a esos chicos, y "la desnutrición padecida en la fase más importante del desarrollo neurológico, el primer año de vida". Sin embargo, admitió que todas las conclusiones son expresadas en forma condicional, ya que "se requiere un mayor número de casos para determinar si la tendencia esbozada es estadísticamente significativa". Para alcanzar una mayor precisión, los responsables del estudio piensan profundizar los trabajos sobre los 19 chicos con dificultades y entrecruzar los casos, con los de menores con problemas de nutrición, de niveles socio-económicos medios.

A partir de estos resultados, la importancia del plan nutricional instalado por el gobierno de Gerardo Zamora en regiones vulnerables de la provincia protegiendo la salud y el desarrollo de cinco mil niños santiagueños, coloca al Estado provincial en un rol protagónico dentro de una argentina limitada, fragmentada e inequitativa en diversos frentes empero aun mas en deuda con la primera infancia.