Doña María Delia Pérez celebra sus 83 años y nos llegamos hasta su domicilio para que nos cuente su historia. Vive en el barrio Villa Nueva de la ciudad de Monte Quemado, crió 18 hijos. Tiene más de 60 nietos.

Construyó una familia feliz y una vida llena de esfuerzo allá en el puesto El Salvador, en el monte profundo el departamento Copo donde vivió con su extinto esposo, don Segundo Salvador Mansilla, quien falleció en el año 2013.

Doña María, recuerda a su extinto esposo y nos cuenta que “revoleando el hacha crió a sus hijos, fue un padre ejemplar que supo dejar enseñanza”. Son once mujeres y siete varones, el menor tiene 36 años, contó la mujer y se mostró orgullosa, “todas son gente decente, de trabajo y están bien de salud”.

La familia está dispersa por distintos puntos del país, cada uno tiene su trabajo, su familia y con brillo en sus ojos nos dice: “los hijos de María siempre vienen a verme, y ahora por la pandemia pareciera que no van poder venir”.

En otro párrafo de la entrevista, con una lucidez asombrosa, recordó el nombre de sus hijos y comenzó por los varones. “Darío, Dardo, José. Jorge. Víctor, Segundo y Raúl”. Todos Mansilla. Siempre ayudándose a contar con los dedos de su mano, recordó el nombre de sus 11 hijas. Nélida, Elda, Ana, Estela, Adela, Elena, Cristina, Delia, Sonia, Ramona y Hortensia

Para María tener hijos es lo mejor que le pasó. “Parir es cosas de mujeres valientes, aguerridas y trabajadoras. En los montes, allá cerca de la Virtud, en el departamento Copo, no había hospitales”.  

Doña María Delia Pérez recuerda el primer parto y el último como si en el medio no hubiesen pasado tantos años. Trae en sus palabras esa casa pequeña, llena de chicos. Es una madre y una abuela cariñosa y les dio buena educación. Reza mucho para que todos tengan su trabajo, cuiden a sus familias y permanezcan unidos.

“Estoy feliz por la familia que supimos construir con Segundo, cundo nos juntamos en el campo nos faltan sillas, camas”, cuenta risueña.