Los palestinos de la sitiada Franja de Gaza se agolpaban este lunes en hospitales y escuelas en busca de refugio, mientras se agota el suministro de agua, electricidad y combustible en el enclave palestino.

Mietras tanto, Ejército israelí prepara para una invasión terrestre con el objetivo de "destruir" a Hamas por sus arrasadores ataques dentro de Israel.

Más de un millón de personas huyeron de sus hogares antes de la esperada ofensiva terrestre israelí y luego de más de una semana de bombardeos que devastaron barrios enteros de Gaza, una región de 2,3 millones de habitantes encajada entre Egipto, el Mediterráneo e Israel.

Mientras seguían menguando los alimentos, el agua y las medicinas en el enclave, todas las miradas estaban puestas en el cruce de la ciudad palestina Rafah, el único entre Gaza y Egipto, donde camiones con ayuda esperaban desde hacía días mientras mediadores presionaban para obtener un alto el fuego.

El paso fronterizo de Rafah fue cerrado hace casi una semana debido a los ataques aéreos israelíes.

El canciller de Egipto, Sameh Shoukry, dijo que Israel “no adoptó una posición para abrir el cruce desde el lado de Gaza”.

La máxima autoridad de la ONU para los asuntos humanitarios, Martin Griffiths, anunció que viajará a Medio Oriente este martes para intentar negociar el acceso de ayuda a la Franja de Gaza desde Egipto.

El Ejército israelí dijo que bombardeó decenas de objetivos de Hamas en Gaza en las últimas horas.

Hamas también lanzó cohetes hacia Tel Aviv y otras ciudades de Israel, así como una andanada hacia la disputada Jerusalén, que provocó la suspensión de una sesión del parlamento israelí, mientras los diputados buscaban refugio, informaron autoridades.

El Ministerio de Salud de Gaza dijo que 2.750 palestinos murieron y 9.700 resultaron heridos desde que comenzaron los bombardeos israelíes, más que en otra ofensiva de Israel en Gaza en 2014 que duró más de seis semanas.

Más de 1.400 israelíes, la gran mayoría civiles, murieron en el ataque de Hamas iniciado el 7 de este mes.

El Ejército israelí dijo que al menos 199 rehenes fueron llevados a Gaza, una cifra superior a la que había reportado ayer.

Israel ordenó a más de un millón de palestinos -casi la mitad de la población del territorio- que abandonaran la norteña Ciudad de Gaza, la más grande y habitada del territorio, y sus alrededores y se dirigieran hacia el sur del enclave.

El Ejército dijo que estaba tratando de preservar a los civiles antes de una gran campaña contra Hamas en el norte, donde, explicó, los combatientes del grupo islamista que gobierna en Gaza tienen extensas redes de túneles y lanzadores de cohetes.

Hamas instó a la gente a permanecer en sus casas, y el Ejército israelí publicó fotografías que, según dijo, mostraban un puesto de control de Hamas que impedía el tránsito hacia el sur.