Por Tony Villavicencio | Cansados de masticar el polvo de tierra de agosto, los vecinos de los barrios pedían lluvia, y es así que con el agua caída la madrugada del pasado lunes, volvió a poner de relieve la situación de precariedad y la necesidad de obras  de infraestructura hídricas.

La ciudad de Monte Quemado, a lo largo de los años, creció de manera anárquica, mientras los intendentes que se prestaron la silla en la municipalidad siempre fue “parchamos y seguimos”, prometiendo obras que nunca se concretaron en barrios donde proliferan los asentamientos.

Cada vez que llueve se inunda por desagües precarios que se agravan aún más cuando se acumula basura y no se le realiza el mantenimiento correspondiente. El agua corre por el pavimento de la ciudad  sin rumbo, y arrastrando todo tipo de basura estancándose en las calles de tierra de los barrios de la periferia.

No solo es la precariedad del matadero, sino también los desagües a cielo abierto, la contaminación de las aguas y del aire, la pobreza en la que vive nuestra población, son algunas de las urgencias de los problemas que enfrenta nuestra sociedad, por lo que se hace necesario fomentar conciencia de la urgencia y  la importancia que tienen algunas obras hídricas.

El centro de la ciudad no está exento, ya que no se realiza el mantenimiento y obras de desagüe pluvial. Las obras que existen son de maquillaje. No obstante, en la factura del impuesto municipal aparece una tasa por limpieza, barrida y riego que no se cumplen.

Tenemos una multiplicidad de graves problemas y el Concejo Deliberante matienen sesiones que duran 10 minutos sin más temas que tratar. Nunca se interesan por recorrer y conocer los problemas de los vecinos de los barrios. Pasa el tiempo y los barrios siguen hundidos en el fango y el abandono que los deja  sumergidos bajo el agua, los yuyos y en algunos sectores conviviendo con  ranas y  sapos.

Tenemos testimonios de  vecinos que llevan los problemas a la municipalidad, pero por la burocracia no es fácil hablar con el intendente y se elude escuchar el problema, y la respuesta de siempre es “la  municipalidad no tiene recursos”.

Pasó un año de gestión y nada de lo importante y prioritario se inició y como hace años, cada vez que llueve los vecinos de los distintos barrios se descubren que son  habitantes de una ciudad  inviable, con graves problemas de infraestructura.   

Para ser justos, informamos que en los primeros meses de la actual gestión hubo un relevamiento de la ciudad por un equipo de arquitectos  de los  que nunca más se habló y lo concreto es que los copeños  estamos necesitando una mirada y una ayuda de los gobiernos Nacional  y Provincial.

No se puede seguir viviendo en una ciudad inviable. Pasaron años y  el  nuevo gobierno, al que se lo eligió apostado por un cambio, se encuentran con funcionarios ocupados  en armar campeonatos de fútbol y no de buscar soluciones urgentes.