Por Tony Villavicencio) | Ayer, 1ro de Mayo, en el aserradero de la firma Boggetti, los obreros forestales se reunieron y participaron de un almuerzo  en conmemoración al Día del Trabajador.  

El encuentro se realizó en Monte Quemado.

En todo el País, en tiempos  de salarios por debajo al costo de vida, de derechos laborales amenazados, con trabajadores víctimas de un gobierno anarco capitalista, que ataca la clase trabajadora y que llegó para  destruir al Estado Nacional.

 Hay que recordar, han pasado  130 años desde los trágicos episodios de Chicago, jalonados hasta el día de hoy con otros muchos protagonizados por la clase obrera. Sin dudas, a pesar de la trágica historia desde el gobierno libertario se instalan discursos políticos que reniegan de esas luchas, que menosprecian las costosas enseñanzas que nos dejaron. Los Libertarios pregonan ideas defendiendo a las que animaran a los responsables de tantas injusticias.

En vísperas del Día del Trabajador, la antesala fue los despidos de miles de trabajadores. A mismo, para el gobierno pasó como un día más. Son fechas que han quedado grabadas por la tragedia, que sin embargo con el tiempo marcaron un hito en las luchas por más y mejores derechos finalmente conquistados, tornándose por ello también en festivas.

La  clase trabajadora ha constituido una condición necesaria para la defensa de sus intereses de clase, para resistir las peores formas de explotación y  el gobierno no evalúa lo que se viene, la conquista de los derechos laborales, costaron vidas y los trabajadores no están dispuestos a perderlos.   

El gobierno de Javier Milei festeja la aprobación irresponsable en el Congreso de la Nación  de una Ley laboral  quita derechos y favorece a nivel de explotación, empero también es cierto la sociedad Argentina, con legítimo derecho, piensa y hasta en voz alta opina que el bloque que preside el diputado Rodrigo de Loredo y su ambivalencia, fulminó a la clase  trabajadora y le dio el ultimato a la Unión Cívica Radical  y  la pregunta de todos es ¿A cambio de qué?.  

Negar condiciones de trabajo  garantizadas por condiciones de labor irrenunciables, asegurar vacaciones pagas así como límites a la jornada y el derecho a descansos semanales remunerados, dotar de estabilidad en el empleo -relativa o absoluta- para no quedar sujetos al solo arbitrio patronal, contar con dispositivos de prevención y reparación de accidentes, reconocer a la libertad sindical entre los derechos humanos fundamentales, acceder a los beneficios de la seguridad social; entre otras tantas cuestiones que hemos naturalizado, han respondido a las luchas obreras y a las políticas elaboradas en sintonía con aquéllas.

Esa naturalización es lógica en tanto signifique entenderlos como derechos incorporados a nuestro acervo social, a la vez que configurando un punto de partida para impulsar una dinámica de mejoras constantes de los niveles alcanzados. Muy distinto sería, si con ello perdemos de vista cuánto ha costado, incluso en vidas humanas, obtenerlos; que se han tratado de conquistas colectivas y no de graciosas concesiones filantrópicas; y que también es responsabilidad de todas las personas que trabajan sostener lo conquistado y tener conciencia de que, conforme las experiencias recogidas, siempre está latente el riesgo de perderlos.

Las asimetrías distinguen a los protagonistas del mundo laboral, a tal punto que conforma un escenario en el cual no cabe ser neutral ni admitir el retiro del Estado, para que sea factible un equilibrio que provea equidad a la relación conflictiva entre Trabajo y Capital.

La desigualdad inherente a las relaciones laborales impone implementar, mantener e incrementar tutelas individuales y colectivas, estas últimas dirigidas al espectro gremial. Todo aquello que enfile en sentido contrario, únicamente puede llevar al desamparo, acrecentando las desigualdades y tornando muy frágil la paz social.

A pesar de registrar fracasos reiterados, aparecen en el horizonte nacional propuestas que se desentienden por completo de esas claras evidencias e insisten en fórmulas que carecen de comprobaciones empíricas beneficiosas para quienes trabajan.

Desproteger, en orden a garantías de no ser privado de empleo arbitrariamente que, cuanto menos, supone que represente un costo de entidad suficiente para el empleador que limite sus márgenes de discrecionalidad, por lo que es falso y de hipócritas, mentir que implementan una reforma de ley laboral  para crear fuentes de trabajo.

Todas esas propuestas están dirigidas a la maximización de las ganancias empresarias, al aumento de la productividad con igual propósito sin impacto alguno en una redistribución razonable, justa y equitativa que mejore los ingresos de la fuerza de trabajo.