Por Tony Villavicencio.- El presidente Javier Milei anoche volvió a volar a Estados Unidos. ¿La excusa? Participar de una conferencia con multimillonarios. A su vez en Argentina, en julio el ajuste se profundiza, aumentaron las naftas, subió el costo de vida, el hambre y la pobreza golpea la puerta al 62% de los argentinos y desde hace 29 días, amortiguando la profundización de la crisis económica de julio, Loan no aparece.

Negándose a recibir a los padres del niño perdido Loan y dando la espada al dolor del pueblo argentino por este caso de inseguridad extrema, el presidente de los argentinos partió anoche y regresará el domingo desde los Estados Unidos.  

Según informaron, participará de la conferencia anual organizada por el Banco de Inversión en el Sun Valley Lodge, de Idaho, para la conferencia anual organizada por el Banco de Inversión Allen & Co.

Lo hará en un nuevo viaje relámpago, y la pregunta es ¿Qué urgencia lo lleva y qué nos trae para los argentinos, en este su sexto viaje en seis meses de gestión?. La respuesta no es otra sino Más ajuste y pobreza.

El supuesto evento, que comenzó el miércoles, busca reunir a los titanes de la tecnología y los medios. La conferencia de Sun Valley, también conocida como “un campamento de verano para los multimillonarios”, como señaló el Business Insider, ha sido históricamente un semillero de acuerdos mediáticos y para este 2024 volvió a ser un encuentro con miras a ser el punto focal de la discusión del futuro de la industria, que en el caso de la Argentina esta fundida.

Es difícil caracterizar adecuadamente los modos habituales del presidente Milei. Nos mata de hambre, siembra pobreza en la Argentina y recorre el mundo dictando conferencias de economía.

No es fácil devolver a la realidad al presidente Milei cuando la verdad lo incomoda, desde la extravagancia, el insulto, responde y culpa a los opositores, pasando por una amplia gama de aspectos que hacen a su ruidosa personalidad, más propia de un animador mediático que de un jefe de Estado, que debe gobernar un país.

Miley “dicta” conferencias de economía, pero Argentina, inmersa en una grave crisis económica y social, que parece acentuarse cada día que pasa, sin un plan económico a la vista como lo vienen señalando distintos economistas.

Pareciera que el ajuste a costas del hambre y la pobreza del pueblo, en la búsqueda del superávit fiscal, es lo único que desvela al viajero presidente, quien desde que asumió profundizó la crisis y cada 30 días viaja a los Estados Unidos a rendir cuentas de su gestión.

No entiendo de economía, mi formación sí me permite acomodar el valor de los números en el orden y la organización del Estado. Es conocido que, con excepción de los temas económicos, nada le interesa a Milei: ni la cultura, ni la educación, ni la salud, ni todas aquellas cosas que debieran ser fundamentales para encarar la función del gobierno, pero eso no es algo que le preocupe, sino estar permanentemente mostrando sus gestos, sus habituales groserías, descalificando a unos y a otros, y últimamente considerándose a sí mismo como uno de los hombres más importantes del mundo.

Sufre del delirio de grandeza.  Seguramente el verse en la tapa de la conocida revista norteamericana “Time”, le hizo creer en la trascendencia cada vez mayor de su fama, aunque si hubiera leído la nota, donde se ponen en evidencia sus falencias, y su poca capacidad para ejercer el gobierno, hubiera tratado de disimular lo contenido en esa publicación.

Lo cierto y concreto que conoce el mundo es que los argentinos, a lo largo y lo ancho del país, son un pueblo solidario, que ama sus niños, que se sensibiliza y paraliza por el dolor y el sufrimiento del otro y a veces nos desentendemos inclusive de nuestros propios sufrimientos por ayudar al más vulnerable.  

De eso conocen perfectamente los libertarios y hoy, la crueldad de las políticas de Estado, con un presidente que impide llegar con los alimentos a millones de niños, al extremo en su campaña política entre otras propuestas electorales, prometió legalizar el mercado de órganos y la venta de niños.

Si ésta de vender niños fue la propuesta de un presidente al que tenemos en la Casa Rosada, sólo nos queda rogar a los argentinos que a Loan, de solo cinco años de edad, supuestamente perdido o negociado, lo devuelvan a su familia, vivo, sano y salvo.