Por Tony Villavicencio | Los patrones de la madera, la aristocracia comercial. Algunos  “sabios” profesores y los intelectualillos rentados, son los responsables de la tragedia, institucional, económica y social en la que hoy se encuentra sumida la ciudad de Monte Quemado.

Desde nuestro humilde lugar de comunicadores, solo vamos recordar que la democracia es una competencia de ideales y proyectos en beneficio del pueblo que se aspira administrar, y que en realidad en la actual gestión del intendente Manuel Osvaldo Castillo, no se ha visto la concreción de  ningún proyecto y, es más, con inacción y falta de inversión para el mantenimiento se observa la progresiva destrucción de una ciudad bombardeada por la desidia y la pobreza.

Servicios públicos.

El alumbrado público, con calles y barrios en la oscuridad, la moderna y nueva plaza con la fuente lumínica convertida en un basural, el polideportivo tapado por los yuyos, la tapia en el suelo con los ladrillos tirados como cuando el viento la derrumbó. En los barrios, hay terrenos baldíos convertidos en fachinales, tapados de basura, donde proliferan ratas, arañas, víboras y comadrejas.

La terminal de ómnibus en un estado lamentable, no  por  precaria, sino por sucia. Baños sin luz, sin agua y con los restos del apuro de algún pasajero impregnando olor. “Podemos ser  pobre, pero tratemos de mostrarnos higiénicos”, decía un conocido changarían que sobrevive hombreando paquetes y valijas.

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No es fácil hacer periodismo en una ciudad con todas estas características, donde las piedras no solo las arrojan el poder político que es desnudado en su irresponsabilidad, sino también de sus socios pudientes, que explotaron hasta el agotamiento los montes. Hay sectores que luchan por sus derechos y bienestar, sectores a los que luego dominan y, en oportunidades, a cambio de limosnas en operaciones de prensa le exigen que nieguen el sufrimiento de su propia verdad.        

Es decir, el poder político y los pudientes, desde las sombras con sus aportes tratan de evitar que el mensaje de liberación de la prensa llegue a sus destinatarios, pero no nos convencemos. Desde la soledad y a pesar de la salvaje cacería del poder político y económico, en principio con víboras, arrojadas en nuestras viviendas, con atentados, perforando la luneta del auto con disparos de armas de fuego, arrojando arena en los tanques del auto, con cartas documentos y falsas denuncias en la fiscalía, que en todos los casos aportamos las pruebas de nuestras publicaciones, han sido desestimadas. Somos profesionales, responsables y ejercemos el periodismo con profesionalidad.   

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Claro no somos los únicos, la historia política de Monte Quemado registra innumerables persecuciones a quienes piensan distinto y se animan a denunciar el abandono de la ciudad y la corrupción. Hay denuncias concretas en las fiscalías contra este gobierno de familia (Nepotismo) por persecución  y acoso laboral. Es necesario recordar a nuestros lectores que la peor parte la llevaron 53 obreros municipales cesanteados, cuyas familias se quedaron sin el pan de todos los días y como una burla se designaron en su lugar a punteros políticos del oficialismo gobernante. O los empleados con antigüedad rebajados de su categoría. El personal de transito  trasladados al cementerio, por agradecer en una conducta privada y en un medio público una donación personal realizada por el ex intendente, y si como esto no fuera una arbitrariedad y un  alevoso abuso, el sorprendente cambio de funciones de las empleadas con formación académica (docentes, profesoras del primer nivel) denigradas, humilladas a lavar platos y servir café en la cocina del municipio por militar políticamente en otro sector.

La UNSE vino a ofrecer  carreras de nivel superior y tecnicaturas de rápida salida laboral, y prácticamente fueron expulsados. El 75% de la población sobrevive con necesidades básicas insatisfechas. El único futuro que tiene la  juventud es estudiar la carrera docente. La plaza de maestros y profesores de historia esta superpoblada y la única alternativa de poder ejercer  es emigrando y se nos va el capital humano capacitado.

En Monte Quemado, unos pocos se quedaron con la riqueza de todos. El 5% son los nuevos ricos, el 25 % empleado públicos y el 70% de la población sobrevive de changas. Otros barriendo las calles contratados por la municipalidad por 3.000 pesos mensuales, humillados y sometidos cautivos del poder político, en una de las ciudades, oficialmente declaradas por el INDEC, más pobre del Noroeste Argentino.