Por Yicela Villavicencio.- El tema de la discapacidad es un asunto pendiente en todos los gobiernos, en todas las gestiones. Solo quienes se encuentran atravesados por las circunstancias o quienes han elegido profesiones inherentes a la causa, comprenden la realidad de la temática. Todavía hay muchas cosas por hacer en la causa y cada vez las demandas son mayores, desde la toma de conciencia de los ciudadanos, como así también acciones que conduzcan a una mejora en la calidad de vida de las personas, lo que sin duda, impactará en la mejora de la sociedad. La experiencia me dice que sí se puede, que cuando el Estado articula con la sociedad, la familia, los profesionales y los protagonistas, sí se puede.

Se necesitan gobiernos sensibles y funcionarios sensibles, que comprendan que la realidad es mucho más fuerte que el vidrio polarizado por el que la miran o el balcón desde el que escupen la soberbia. Hace falta gente que comprenda que no es lo mismo la caridad que la empatía, la conciencia y la solidaridad, que la mirada hacia el otro debe ser de empoderamiento y no de disminución o invalidez. No… La mirada a la que insto es la de vernos como espejos y sin diferencias, para comprender que el otro soy yo y que él quiere, necesita y merece, lo mismo que yo en su lugar. Esa es la verdadera empatía. Estamos en un momento en el que se necesitan más herramientas humanas que tecnológicas o materiales.

La tarea que llevan las escuelas y centros para personas con discapacidad, es titánica y de todos los días, enfrentado mayores demandas, porque aumenta la población y con ella, las necesidades; la situación amerita más compromiso. Santiago del Estero es una de las provincias con mayor presencia de población bajo condiciones de discapacidad, obviamente profundizada en los contextos vulnerables y con altos riesgos en la población adulta.

En Santiago del Estero, al igual que en otras regiones, las causas de discapacidad pueden ser diversas y se agrupan en varias categorías principales: causas congénitas, causas adquiridas, causas ambientales y socioeconómicas, causas de salud pública. La realidad muestra que, a medida que pasa el tiempo, aumentaron los casos de retraso madurativo y esta sería una condición que atraviesa los contextos más vulnerables de la provincia. El retraso madurativo se convirtió en una de las patologías más comunes y se puede decir, que esto puede estar influenciado por el contexto de vulnerabilidad.

El retraso madurativo se refiere a un desarrollo más lento de habilidades cognitivas, motoras, emocionales o sociales en comparación con lo que se espera para la edad del niño. El contexto de vulnerabilidad puede contribuir a este retraso de varias maneras: factores socioeconómicos, como la pobreza y las condiciones de vivienda; falta de acceso a la educación y a la atención temprana; ambiente familiar complejo, donde no hay estabilidad ni estimulación; una nutrición deficiente y problemas de salud; factores psicosociales como estrés, trauma, estructuras sociales cerradas. A todo esto, deberíamos sumarle la falta de políticas claves para alcanzar el desarrollo integral de las personas con discapacidad, porque sería más de lo mismo pensar en los tratamientos médicos y en la vivienda, pero vamos más allá: hablo de espacios de recreación, de aplicación de nuevas terapias, de profesionales, hablo de una mirada integral e igualitaria y de un sistema educativo humano, abrazador, creador de realidades.

Es importante señalar que el retraso madurativo relacionado con el contexto de vulnerabilidad no implica que el niño no pueda alcanzar su potencial. Con el apoyo adecuado, como intervenciones tempranas, recursos educativos, y apoyo familiar y comunitario, muchos niños pueden superar estos retrasos y desarrollarse de manera óptima. La detección temprana y el acceso a servicios adecuados son clave para ayudar a los niños en situación de vulnerabilidad a superar los desafíos que enfrentan.

La mayor estadística podría obtenerse de los datos oficiales que aportan los organismos que regulan los beneficios, como las pensiones por discapacidad, pero me resisto a pensar que ese número es el real, aunque crece conforme avanza la población adulta, pues es de público conocimiento el escándalo nacional en torno a las pensiones, pero ese no es el punto, el punto es que otorgar un certificado de discapacidad a alguien que no lo es, además de ser una mentira, es quitarle el derecho a alguien que si lo precisa, a millones de niños y jóvenes que no pueden acceder a un beneficio que lo necesitan para su calidad de vida, fue reducir posibilidades en muchos aspectos. Otorgar pensiones por discapacidad a personas que no tienen condiciones para ello, es el camino para incapacitar a alguien en la toma de sus decisiones, es anular sus capacidades, es condicionar al conformismo, es crearle una dependencia de por vida…

El mundo va a cambiar cuando quienes tienen las herramientas para hacerlo cambien la forma de mirar la realidad y la manera de abordarla, cuando la sociedad en lugar de elegir ídolos o falsos profetas, elija humanos.

Prof. Yicela Villavicencio

Docente - Coach - Escritora

Fundadora del Centro Municipal de Recreación para personas con Discapacidad Sol de Día (Recrearte) 2005, Quimilí.