La aparición de una ponzoñosa víbora sorprendió en inmediaciones de una plaza donde cientos de niños, adolescentes y jóvenes se reúnen a practicar deportes.

A nadie le puede extrañar que en la ciudad de Monte Quemado salgamos a caminar por la plaza del Bicentenario y nos crucemos con una serpiente. Es frecuente encontrarse con ratas, pericotes o ver y sentir el aroma de una atrevida comadreja.

Esta vez, alguien que transitaba por la céntrica avenida 9 de julio y Deán Funes, en el semáforo, aplastó a la venenosa serpiente.

No podemos sorprendernos si tenemos baldíos tapado de yuyos y basura, o del descuidado y sucio terrenos del ferrocarril lindante a las dos avenidas principales de la ciudad.

Un municipio permisivo

Los vecinos de distintos barrios se quejan de que observan una marcada permisividad por parte de la municipalidad, que no muestra interés de aplicar medidas correctivas para con los propietarios pudientes de lo que pareciera son verdaderas reservas ecológicas plagada de alimañas y en pleno centro.

En el centro  de la ciudad  Monte Quemado y también en los barrios, hay terrenos baldíos con una superficie mayor a la hectárea. Terrenos que  permanecen tapados de yuyos y basurales. Verdaderos fachinales plagados de alimañas donde el mosquito Aedes aegypti es capaz de transmitir los virus dengue, zika y chikungunya.  

La guerra al Dengue

Empero, esto de una víbora en la plaza del Bicentenario para nada sorprende. Es frecuente. Desde el Ministerio de Salud de la Provincia se recomienda el inicio de una campaña de prevención contra el mosquito, pero en Monte Quemado no se observa acciones de prevención.

Lo concreto es que el dengue ya está en la vecina provincia de Salta con más de 768 infectados y Monte Quemado se encuentra asentado en el corredor de la ruta internacional 16, declarada dentro de la zona roja de la trasmisión del virus, al que es necesario que las autoridades sanitarias, la municipalidad y los vecinos  de Monte Quemado se complementen y coordinen una estrategia para hacer frente y combatirlo.

“No hay operativos de descacharreo, no hay fumigaciones, no  hay educación de prevención sanitaria”, comentaba un afligido vecino del barrio Canal mientras invertía un jornal de la semana en un cuarto de repelente. “Será que las autoridades del Municipio piensan que  estamos inmunizados”, agregó.