A pesar de los anuncios de trabajos en los barrios, y de haber transcurrido más de dos años de gestión municipal, la ciudad parece un campo abandonado. Calles de tierra intransitables por pozos, lagunas y desagües tapados y falta de iluminación.

El municipio y su desatención hacia los barrios demostró su ineficacia. Con cada lluvia, las arterias sufren el deterioro progresivo más y lejos quedan los anuncios marketineros que se difunden por las redes sociales o los medios de comunicación.

Lo cierto es que los vecinos pasaron del hartazgo a la falta de confianza en la gestión comunal. El secretario de Obras Públicas quiso justificarse de los reclamos de los vecinos, culpando a la falta de mantenimiento de canales primarios de desagües barriales, que convierten en lagunas los sectores bajos de la ciudad.

Finalmente llovió un total de 45 mm y esto dejó pozos, calles inundadas, yuyos y una maquina removiendo barro tratando de tapar la desidia y la bronca contenida de los vecinos.

Por caso, el agua que no escurría en las calles pavimentadas, totalmente inundadas de cordón a cordón. A su vez, las calles de tierra con zanjones tapados, hacían imposible el escurrimiento. El paso de los vehículos en todo este tiempo fue drenando el suelo, como es el caso de la avenida Absalón Rojas produciendo en la prolongación del barrio Sor Angela profundos pozos, donde se acumula el agua y la calle se convierte en laguna.