Es necesario que la sociedad desmarcare a los que confunden la libertad de expresión y usan las redes sociales para desinformar, agraviar, descalificar e incursionar en la vida privada de las personas.
Se observan críticas que trasponen el orden público e ingresan a la vida privada de funcionarios del gobierno y lo hacen personajes camuflados en nombres falsos o utilizando seudónimos.
Una denuncia realizada por un funcionario en una fiscalía de la ciudad Capital habría permitido, después de las pericias, determinar quiénes se ocultarían en Quimilí detrás de posteos tendenciosos, racistas.
Al ser consultado, el Ing. en Tecnología, Alejandro Álvarez perteneciente al servicio Nacional del “Enacom”, expresó: Los cobardes que se camuflan robando identidad, utilizando seudónimos para desinformar o agraviar, de por si el hecho constituye un delito.
“En las redes sociales, utilizando nombres falsos de identidad son como el que roba, se esconde y usa su sombra para criticar descalificar los contenidos de los demás y es muy común que ocurra en los intereses de la política. Lo hacen creyendo que están protegidos, trasladando información falsa, criticando en contra de la gestión con información cargada de subjetividad y en oportunidades son alimentadas con malvada intencionalidad política o de carácter personal”, señaló.
“Una vez que ingresas a internet la persona no está tan escondida/o cómo piensan, si hay una denuncia, la justicia tiene las herramientas para determinar el origen de la llamada y hasta el lugar exacto donde se encuentra”, detalló.
“Para activar el sistema de control es necesario que sea la justicia la que oficie, por lo que cuando se supone que operan en las redes sociales con identidades falsas y/o seudónimos, cualquier miembro de ese grupo social tiene que denunciar y es la justicia la que investiga. Y si prueba, imputa al impostor del delito de falsedad ideológica sin el perjuicio de las acciones que correspondiere a damnificados, por el valor del mensaje trasmitido, mediante las críticas que se extralimitan de lo público y afecta la vida privada de las personas”, concluyó.