Por Tony Villavicencio| Además de las razones históricas que favorecieron para que Nuevo Diario de Santiago del Estero se quedara en el corazón de los Santiagueños, fue el medio que rompió las cadenas del monopolio y del centralismo comunicacional, que había reinado por diez décadas en la provincia.

Tengo el orgullo de contar que estuve aquella tarde noche y madrugada de 15 de septiembre del año 1991. Sin dormir junto a Don José María Cantos, fundador del diario, que hizo historia en Santiago del Estero. Fue el medio que sembró en la conciencia los valores de los derechos, las obligaciones y las libertades de los ciudadanos santiagueños.

Su mensaje, su espíritu editorial y el compromiso del fundador  elevó la autoestima del pueblo, incluyó a miles de santiagueños omitidos por una provincia de un país federal, a la que se gobernó con el mezquino y perverso centralismo unitario para quienes solo   existía la ciudad Capital, mientras que los ciudadanos del interior, los del campo, fuimos tratados como si fuéramos los parias de un sistema comunicacional social y político perverso que reinó y silenció el sufrimiento de los santiagueños del interior.

En lo personal, desde mi lugar puedo afirmar que no fue fácil romper las asimetrías del aislamiento comunicacional, social y político. Había que recorrer, metro a metro por caminos destruidos, rancho por rancho con ayuda de LV11, la radio de los santiagueños, única herramienta al servicio del pueblo, por donde se escuchaba la voz de los que sobrevivían olvidados en el fondo.

Empero, aunque hoy nos nieguen, fue el sacrificio y la fuerza de ideales y convicciones la que nos permitió trasformar picadas en caminos y llegar con los ejemplares de Nuevo Diario hacia el último rincón de la geografía provincial.

La contra en la ceguera de obstruir no advirtió que el Nuevo Diario   nunca tuvo el espíritu de competir sino de romper las cadenas de ciudades y pueblos que permanecieron cautivos de la pobreza, resignados a sufrir y callar injusticias.  

Es bueno recordar cuando alguna persona se sentía víctima de una injusticia o de la privación de un derecho, rápido se defendía amenazando con publicar en el Nuevo Diario, por eso el diario de Don José María Cantos es de todos los santiagueños, pero más de los que no tienen voz, de los débiles, de los que sobrevivieron en el interior cansados del silencio que anestesia y posterga el derecho de los pueblos.

Veintinueve años no es nada, solo es el primer tramo del camino a recorrer, pero si hay que decirlo; por estos días se retorna en las páginas de interior a la peligrosa manipulación del mezquino y perverso centralismo y para hacerlo nos niegan, quieren borrar las huellas del esfuerzo, las ganas, la fidelidad de quien sin proponernos los vencimos. Son los títeres de saco y corbata, los que todavía no han entendido lo que debieran haber comprendido, que en periodismo para ser mejor, hay que ser el más útil.

Santiago del Estero es una provincia de un país federal, y más federal debería ser hacia adentro y el Nuevo Diario, desde su fundación, fue herramienta de organización y difusión comunicacional, con un mensaje de integración e inclusión social y su principal fortaleza es el interior, donde se instaló no por obra de la casualidad, sino por el valor  de un empresario gráfico, don José María Cantos, pero también por el esfuerzo de una juventud empujada por sus ideales y convicciones.

A Nuevo Diario, un 14 de septiembre llegué desde la ciudad de Quimilí, calzando alpargatas, al que ayudé a nacer y acompañé con fidelidad su crecimiento, al que entregué lo mejor de mi juventud, al que pulió los ideales y me enseñó que los tiempos pasan y los hombres también, y que a las historias las escriben y las cuentan los que vienen.  

HOY, DESDE EL MUNICIPAL WEB SALUDAMOS A NUEVO DIARIO POR SUS 29 AÑOS.