Una mujer de 82 años, abuela de una abogada, fue despojada en su propia casa de más de $ 1.500.000, ahorros que mantenía celosamente guardados de toda su vida, en la ciudad de Quimilí, departamento Moreno.

Según la investigación de la Seccional Nº 29, dependiente de la Departamental Nº 12, la víctima fue identificada como Julia Vilma Murúa, quien vive sola, con residencia en el Bº San Martín.

La denuncia fue refrendada por la abogada Débora Betiana Gómez, de 35 años, domiciliada en avenida en el Bº Fonavi III, de la ciudad de Quimilí.

De acuerdo con la presentación, alrededor de las 10.30 de la mañana de ayer arribó al inmueble de Murúa un sujeto de 1,60 metro, cabello corto oscuro, ojos oscuros, delgado y cutis blanco. Vestía una camisa blanca y un jeans clásico.

Brevemente, el desconocido habría señalado que era un empleado de una empresa de servicios y que debía “ingresar a la propiedad para arreglar un cable que se le había cortado”, precisó la letrada en el organismo policial.

Con el visto bueno de Murúa, el individuo ingresó a la casa. Concretamente, el sujeto le habría informado a la víctima, en primera instancia, “que debía abonar el servicio y pagar con billetes de $ 100, pero con terminación “A” y que si encontraba esos billetes, tendría un descuento por el término de seis meses”, precisó la abogada.

Acto seguido, Murúa se trasladó a una habitación “ubicada en los fondos de la propiedad y desde ese lugar trajo un fajo de billetes de$ 100, pero ninguno coincidía con lo que el sujeto le pedía”, acotó la letrada ante la policía.

Acto seguido, “ese sujeto se ofreció para ir a buscar el dinero donde ella (Murúa) tenía guardado. Así, se trasladó hasta ese habitáculo donde se encontraba el dinero”, agregó. “A su regreso lo hizo con sus manos vacías, diciéndole a mi abuela que no había encontrado esa numeración” complementó la denunciante. Luego, se retiró sin formular otras acotaciones.

Minutos después, la dueña de casa retornó a la habitación y se dio con la novedad de que esta persona le había sustraído la bolsa plástica de color blanco donde tenía guardados todos los ahorros de su vida: unos $ 1.500.000. La denunciante no supo especificar en qué tipo de billetes estaban discriminados.

La familia sabía de ahorros, pero no montos ni ubicación

Siempre sobre la base de la denuncia, la familia de la damnificada conocía sobre los ahorros de Murúa, pero ignoraba el monto y el lugar dónde guardaba el dinero.

Más adelante, la abogada señaló que su abuela no fue agredida y que no tiene sospechas sobre nadie; que la casa de la anciana no cuenta con cámaras de seguridad; ahondó que la cámara más cercana pertenece a un vecino contador a 100 metros del domicilio de Murúa y que posiblemente dos vecinos puedan aportar datos para la investigación.

Allí giraba anoche el proceso. Sobre varias teorías, primaba la hipótesis de la existencia de un entregador, pero sin identidades específicas, añadieron las fuentes. En ese escenario, la policía buscaba en personas que hayan ingresado a Quimilí horas previas y se hayan retirado tras el audaz golpe a la octogenaria, resaltó un alto funcionario.

El escenario en que se trabajaba eran las rutas de ingreso a la ciudad.