Un ama de casa de 26 años sufrió un terrible ataque por parte de su pareja. El sujeto le propinó una paliza, le destrozó un celular, la ató a la cama con piolas y la mantenía encerrada en el inmueble para que no lo denunciara. Logró escapar y le contó a la Policía lo sucedido.

El hecho, que es instruido por la Unidad Fiscal de Violencia de Género de la circunscripción Capital, se habría producido la semana pasada; pero recién en horas de la tarde del miércoles se radicó la denuncia.
La víctima llegó a bordo de una motocicleta a la casa de un familiar, en la localidad de Santo Domingo. Tenía golpes en diferentes partes del cuerpo. Estaba en crisis de nervios y pedía ayuda, por lo que fue trasladada a la sede policial, donde radicó la denuncia.
La damnificada indicó que días atrás estaba en su casa, junto a su pareja. La joven había iniciado una relación amorosa con un sujeto residente en el paraje Alto Alegre, departamento Alberdi, hace aproximadamente seis años. Fruto de esa relación, nació su hija que tiene 4 años.
Mientras estaba en su hogar, la joven había recibido un mensaje de WhatsApp. Era una amiga, quien la invitaba a jugar al fútbol. Al escuchar que el celular de la damnificada había sonado, el peón rural le preguntó “de quién se trataba y qué quería”. Por lo que la damnificada le había revelado que “era una amiga, que la invitaba a jugar al fútbol”.
En ese momento, el agresor reaccionó de manera violenta. Le habría propinado golpes de puño en diversas partes del cuerpo. Mientras la amenazaba de muerte. No era la primera vez que la joven madre era víctima de un hecho de violencia de género. Anterior a ese ataque, la joven habría sufrido otras golpizas y recibido mensajes de muerte de parte del agresor.
Enfurecido, la inmovilizó y la ató a la cama con una piola. Posteriormente, impedió que saliera de la casa. Le tomó el celular de la damnificada y lo “estrelló” contra el piso, para luego arrojarle agua. El agresor estaba completamente fuera de sí; por lo que destruyó todo lo que encontró a su paso.
Conmocionada por la situación vivida, la joven le indicó a la Policía que “había logrado huir de su casa unas horas, aprovechando que el agresor se había retirado de la propiedad para ir a trabajar”. Había tomado el rodado, que es propiedad de un familiar del acusado y se dirigió a pedir ayuda.
Además, agregó que en reiteradas oportunidades la mantiene cautiva en el inmueble. Estos hechos se suscitarían luego de que le propina palizas, con el fin de evitar que lo denuncie o pida ayuda a alguien.
En el hecho, la Fiscalía ordenó una serie de medidas judiciales a seguir en las próximas horas por parte de los uniformados.
En tanto, la damnificada comenzó a recibir la asistencia psicológica correspondiente para afrontar la situación.