Se estima que el crimen está vinculado con un ritual umbanda ocurrido en el fondo de la casa de la familia Jiménez, del que participaron numerosas personas. Por el hecho permanecen detenido siete implicados y se profundiza la investigación.

Después de un año y seis meses, la justicia pone luz al aberrante crimen que sacudió la sensibilidad argentina. El hecho, ocurrido el 2 de mayo del año pasado, oportunidad que dentro de bolsas plásticas se encontraron los restos descuartizados del niño Marito Salto, de sólo 11 años, que luego las pericias determinaron fue violado, asesinado y su cadáver descuartizado y arrojado en un basural de la ruta 92, en las orillas de la ciudad de Quimilí.

Marito Salto habría sido asesinado en un ritual umbada en el barrio Islas Malvinas, en los fondos de la vivienda de la conocida y tradicional familia Jiménez, donde los perros adiestrados, en una pequeña habitación, encontraron objetos comprometedores que demuestran que en ese lugar se realizaban rituales satánicos y allí, junto a una estatua de San La Muerte, había elementos de prueba contundentes que tienen estrecha relación con la violación, asesinato y descuartizamiento del pequeño.

Los detenidos

 El dueño de casa, identificado como Miguel Ángel Jiménez (54 años); su mujer, Armida Lucrecia Díaz (57); Miguel Ángel María JGiménez (h), Pablo Roberto Ramírez hijo de un carnicero y Daniel Albarracín, alias “Loco”, quien en principio había sido implicado en la causa a los hermanos Ocaranza, pero posteriormente fueron liberados.

A los cuatro detenidos  de anoche hay que sumarle la detención de Daniel Sosa, un joven de 22 años y de Rodolfo “Rody” Sequeira, este último desde un principio se lo sindica como el encargado de levantar al niño Marito Salto y entregarlo a sus verdugos.

El Municipal Web, había asegurado que los perros adiestrados de la Unidad K9 de la Policía de San Juan y San Luis arrojaron luz a las sombras del más aberrante y feroz crimen de las últimas décadas, y este medio digital anticipó que se estaba a horas del esclarecimiento del hecho y esa información se confirmó.

No era sospecha, teníamos información concreta, sólo restaba que los perros buscaran y aportaran las evidencias. Después de un trabajo meticuloso de inteligencia del personal policial de la provincia, que nos consta, pese a los graves e injustos cuestionamientos durante estos últimos meses, trabajaron duro en el  más absoluto silencio y el éxito llegó a fuerza de perseverancia, constancia y vocación de servicio y también de otras fuerzas que se sumaron a último momento con el invalorable trabajo de los perros adiestrados.

Lo habíamos anticipado. El esclarecimiento llegó a menos de las 24 horas que se publicara la última nota del diario El Municipal Web y fue la propia jueza Rosa Falco, a la una de la mañana. utilizando la frase “Gracias a Dios, el crimen del niño Marito Salto está esclarecido, con los autores intelectuales y cómplices detenidos y continuaremos la investigación para poner a recaudo de la justicia a todos quienes intervinieron y encubrieron esta  barbarie” a la vez que confirmaron el número y el nombre de los cuatro detenidos.

Quién es “Miguelito el terrible”

Miguel Ángel Jiménez y su familia se encuentran detenidos y sospechados de ser los principales autores intelectuales del crimen. El jefe de familia es un conocido personaje de la ciudad, con un historial cargado de hechos delictivos, que cuenta en su prontuario con numerosas denuncias por delitos de abuso deshonesto, violaciones, robos y últimamente protagonista de aprietes violentos  en perjuicio de familias campesinas ocupantes de tierras.

Al respecto, “Miguelito el terrible”, como lo había bautizado en sus crónicas policiales, Nuevo Diario en distintas ediciones, operaba como jefe de grupos armados a los que alquilaba los servicios a los terratenientes, para intimidar en los conflictos de tierra a campesinos. En estos grupos enrolaba a personajes peligrosos que caminaban al margen de la ley, y de esta manera incorporó en sus filas, entre otros, al hoy detenido “Rody” Sequeira.

El detenido Jiménez, en el marco de sus andanzas, dejaba entrever que formaba parte de algún servicio de seguridad, pero nunca se supo si en realidad pertenecía a alguna fuerza de seguridad del gobierno. Hábil para meterse en las estructuras del poder, se mostraba colaborador con la Policía y se lo vinculaba estrechamente con el ex juez de Crimen, Ramón Tarchini Saavedra.

“Miguelito” y los jueces

Miguel Ángel Jiménez, durante el periodo del juez Ramón Tarchini Saavedra (quien se encontraba al frente del Juzgado del Crimen de 4ta Nominación) se constituyó en una pieza clave. Sería el presunto ejecutor clandestino de maniobras que no tendría mucho que ver con la administración y voluntad de justicia, que le habría posibilitado mostrar un crecimiento económico de dudosa procedencia, como camioneta; autos; utilización de influencia para favorecer en causas que se tramitaron en ese juzgado. Todo esto le significó aumentar su capital y disponer de un campito  con el que disfrazaba sus verdaderas andanzas bajo el rótulo de productor agropecuario. Y en su condición de testaferro de un pudiente alquiló un campo para dedicarlo a la siembra.

Dicen que quiso volver al principio de lo que fueron sus padres, humildes y honestos labriegos de la tierra de la localidad de El Colorado, donde nació “Miguelito el terrible”, como lo bautizó Nuevo Diario, quien ocupó espacios reiterados de prensa escrita, y que son documentos seguramente están en el archivo de ese prestigioso diario de los santiagueños.

Miguel Ángel Jiménez, hoy con más de medio siglo vivido, nunca cambió su conducta; siempre estuvo vinculado con el delito y la violencia, contra su persona abundan las denuncias por supuestos abusos deshonestos y violaciones. Desde siempre protagonizó hechos que comprometieron la sexualidad de sus víctimas. Últimamente incursionó, según las denuncias en delitos contra la propiedad, en robo, hurto y defraudaciones. Algunos dicen que en forma permanente vivía con eximiciones de prisión concedidas por jueces y fiscales amigos.

Mostraba el conejito

Entre los delitos denunciados, se recuerda el de los padres de la escuela primaria de Pozo del Toba, del departamento Juan Felipe Ibarra, establecimiento donde hoy su mujer, Armida Lucrecia Díaz, docente también detenida, se desempeñaba con el cargo de maestra. En esta denuncia penal, los padres daban cuenta a la justicia que “Miguelito el terrible” llegaba en pleno horario de clases; ingresaba al aula donde estaba enseñando su mujer; se paraba frente a la clase; se bajaba el pantalón mostrando, sin escrúpulos ni pudor, sus partes íntimas a los niños y les decía que se acerquen que sus conejitos querían jugar con ellos, en clara alusión a sus testículos y pene. Al respecto no sólo hay antecedentes en la justicia, sino también en el Consejo de Educación, donde se ordenó la instrucción de un sumario administrativo contra la docente.

Este mismo personaje, que se paseó muchas veces por los pasillos de Tribunales sin haber sido nunca privado de su libertad, es quien hoy está sindicado como el jefe intelectual de la violación, asesinato y descuartizamiento del niño Marito Salto, delito que se le imputa y para nada se contradice con su prontuario, con más de diez denuncias por hechos de abusos deshonestos y violaciones, más la calificativa de otros delitos, como robos y defraudaciones.

Habría que preguntarles a los jueces de entonces, por qué motivo permitieron que un violador serial, con más de diez denuncias por delitos contra la honestidad de las personas, nunca fue mantenido bajo el recaudo de la justicia. Se consideraba amigo de jueces con vínculos en el poder político y hombre de confianza del cuatro veces intendente de la ciudad de Quimilí, el Dr. René Eduardo Mustafá.

Lo que hoy extraña y sorprende de este personaje y su familia es su devoción religiosa umbada, que en realidad dicen los quimilienses que lo conocen desde que es un adolescente, no tenía credo, por lo que a todos sorprende esta práctica que lo habría movido a comandar el crimen más aberrante, no sólo de la criminología de Santiago del Estero, sino del país.