La ex pareja del mecánico no estaba de acuerdo con el ADN y habría decidido eliminarlo. El policía federal detenido sería el autor del crimen. A continuación el informe.

El caso estaba “dormido”. Ya casi nadie se acordaba del brutal homicidio del mecánico Eduardo Móttola, quien fue acribillado a tiros con una pistola 9 milímetros en su taller de Pedro León Gallo casi 8 de Octubre del barrio Libertad de la ciudad Capital, la noche del lunes 6 de agosto de 2018. A excepción del fiscal coordinador, Dr. Mariano Gómez, quien había conformado un equipo de investigación con un grupo de detectives de la División Homicidios Capital. No hubo descanso. Fueron meses de averiguaciones y análisis de información e indicios que iban surgiendo en el camino. El objetivo era encontrar el hilo conductor hacia el asesino. La cuestión pasional —para los investigadores— estaba en el centro de la escena, al igual que la figura femenina.

El mecánico tenía varias exparejas y novias o amantes, aunque finalmente las pruebas terminaron en una de sus exconcubinas.

Tal como informó ayer en exclusiva Nuevo Diario, los investigadores realizaron antenoche un allanamiento en la localidad bonaerense de Hurlingham, donde detuvieron al cabo de la Policía Federal Juan Pablo Fernández (39 años).

Casi en forma simultánea, en la Capital santiagueña, en el sector 750 Viviendas del barrio Campo Contreras, apresaron a Jésica Paola Díaz, expareja de Móttola.

Las investigaciones develaron que el uniformado sería el ejecutor, por pedido de Díaz. Ambos se conocen hace tiempo, a través de la peluquería, profesión que tienen en común y una estrecha amistad.

De acuerdo con las averiguaciones, el móvil estaría relacionado con la paternidad de una niña, que al momento del crimen tenía dos años. Tras la ruptura con Móttola, la mujer había iniciado una relación sentimental con un gendarme, con el que convivía. El uniformado había reconocido como hija a la menor y todo era armonía.

Sin embargo, apareció nuevamente Móttola en la vida de Díaz y pretendía reconocer a la niña, para lo cual se realizaría un ADN e impugnar la paternidad del gendarme, quien posteriormente abandonó a la mujer.

La actitud del mecánico habría provocado la furia de su expareja, quien habría decidido eliminarlo y encontró en el policía federal al sujeto para concretar el objetivo, lo que finalmente fue llevado a cabo, de acuerdo con las investigaciones.

Clave: La “tonada porteña” y el cruce de llamadas telefónicas

Tras el ataque armado en el taller de Móttola, el asesino caminó por Pedro León Gallo hacia el este y giró por calle 8 de octubre hacia el norte. Era alto y estaba vestido de negro, con una capucha. “Caminaba tranquilo”, dijeron testigos. Uno de ellos brindó otros detalles importantes. Intercambió un saludo con el asesino. “Tenía tonada porteña”, afirmó a los investigadores. El dato fue clave. En base a ello se inició el entrecruzamiento de llamadas del celular de Jésica Díaz, hasta que encontraron los diversos contactos que mantuvo la mujer con el policía federal antes, durante y después del homicidio. Para llegar a ello, se fueron descartando otros sospechosos, lo que llevó un prolongado análisis de sábanas de llamadas telefónicas.

No son los únicos indicios de prueba que fueron analizados por el Juzgado de Control y Garantías antes de firmar las órdenes de allanamiento y detención de los imputados. El fiscal coordinador Mariano Gómez y los detectives de la División Homicidios Capital habrían reunido importantes pruebas para mantener la acusación en contra de los dos apresados.

La noticia de ayer de Nuevo Diario habría llevado un poco de tranquilidad a la madre de Móttola, de 90 años, y a toda su familia.

Pericias a la pistola e indagatorias

Los investigadores secuestraron varias armas de fuego durante el allanamiento en la casa del policía federal, entre ellas la pistola reglamentaria 9 milímetros. Es el mismo calibre de las vainas servidas encontradas en la oficina del taller, donde fue ejecutado el mecánico Eduardo Móttola, quien presentaba nueve heridas de bala; algunos proyectiles provocaron orificios de entrada y salida.

El fiscal coordinador, Dr. Mariano Gómez, y su equipo jurídico de colaboradores tienen previsto concretar las indagatorias esta misma semana. Hoy podría comenzar con la peluquera Díaz y posiblemente mañana con el policía federal.