La autopsia develó que el ataque fue brutal, con mucha bronca. El filo de la navaja ingresó diez centímetros en el cuerpo de Adrián Osvaldo Gerez (43 años) y atravesó su corazón, por lo que llegó sin vida al hospital zonal de Nueva Esperanza, departamento Pellegrini. El detalle se develó durante la audiencia que se realizó ayer en los Tribunales santiagueños en la que la acusada del homicidio y expareja de la víctima, Livorta Bartolina Padilla (54), seguirá tras las rejas, luego de que se prorrogara la detención por 15 días más.

La medida procesal fue impuesta por el juez de Control y Garantías, Dr. Fernando Viaña, luego de hacer lugar a un pedido de la representante del Ministerio Público Fiscal, Dra. Carla León. Asimismo, el magistrado rechazó un pedido de falta de mérito para la hija de Padilla, Ivana Maricel Abregú (27), aunque le concedió el arresto domiciliario en la casa de una familiar de Nueva Esperanza, teniendo en cuenta que tiene una hija de dos años.

El asesinato sucedió minutos antes de las seis del 30 de diciembre pasado, informa Nuevo Diario.

De acuerdo con la investigación judicial, Gerez se encontraba en un boliche ubicado a unos 10 kilómetros de Nueva Esperanza. El hombre, domiciliado en la localidad de Los Pereyra, departamento Cruz Alta de Tucumán, se encontraba en compañía de una mujer. 

En esa circunstancia, durante casi toda la madrugada, Gerez fue molestado por Padilla —con quien había mantenido una relación sentimental— y se los vio discutir, aunque el enfrentamiento verbal no pasó a mayores.

Al salir del local bailable, Gerez fue interceptado por Padilla y Abregú —de acuerdo con testigos—, tras lo cual el hombre cayó mortalmente herido. Fue trasladado al hospital, pero llegó sin vida. 

Las mujeres fueron detenidas y a la mayor le secuestraron una navaja que se habría utilizado para ultimar al tucumano.