"Godinez se nos coló en la caja de la camioneta, porque los Ojeda viven a una cuadra de su casa", relató Héctor "Pucho" Zerda, primo hermano de Franco y "Pitu"; y testigo clave de la tragedia.

En su casa, a 6 kilómetros de Quimilí, detalló la cronología de la odisea.

"Vean, llegamos a la familia porque invitaron a Franco. Y él nos pidió acompañarlo. En el boliche, se nos coló (se sumó, aún sin ser invitado) Godinez. Nos sentamos y todos estábamos bien".

Según "Pucho", "Godinez" empezó a desorbitarse, quizá por el alcohol y algunos porros (marihuana) que fumaba.

Droga y niños

"Lo reté porque mostraba la droga frente a los chiquitos y no le gustó. El dueño de casa lo corrió".

Quizá a los cinco minutos, "volvió ‘Godinez’ y apuñaló a mis primos. Me paré y lo saqué corriendo. Como es chiquito me sacó una ventaja".

"Pucho" regresó a la casa "y Franco ya cargaba a ‘Pitu’ en la camioneta. El pobre sólo estaba preocupado por Pitu", ahondó.

"Era increíble la sangre que se le veía en la cintura. Franco manejó la camioneta y llevamos a ‘Pitu’ al hospital. Dios mío, él se murió al rato", lamentó el testigo, según lo publicado por el diario El Liberal.

Procedimiento

Mientras "Pucho" hablaba y lloraba, arribó una camioneta policial. Los efectivos lo subieron al vehículo, mientras una pequeña hija no podía contener las lágrimas.

Puesto en perspectiva, la sensibilidad de un niño suele desbordarse ante un patrullero y uniformados llevándose a su padre.

Pero no era una medida antojadiza de la policía, sino en respuesta a lo solicitado por el fiscal, Ángel Belluomini, quien requería el testimonio de uno de los testigos presenciales del sangriento crimen.