En un campo a 10 kilómetros del pueblo de Vilelas, departamento Juan Felipe Ibarra, sería el lugar donde los narcos cargaron el camión con la media tonelada de marihuana, que fue secuestrada el domingo a las 17.35, en un operativo de la ruta 89, en las inmediaciones de la localidad de Yuchán, departamento Moreno, en cercanías de la ciudad de Quimilí.

Los lugareños, vecinos del campo, aseveran que no es la primera vez que observan al camión llegar a esa propiedad, al extremo que el chofer se hizo conocido porque se paseaba por el pueblito y sería de la ciudad de La Banda.

Con respecto a los vuelos de avionetas, es tan poco creído que a la marihuana la bombardeen desde aviones, como informan otros medios, ya que el campo tiene vecinos que dicen nunca observaron sobrevolar a las naves en la zona, que les hiciera suponer que pudieren arrojar bultos. Pero sí cuentan que era frecuente el movimiento de camiones y autos de alta gama, que llegaban con gente extraña y algunos se sabían eran formoseños o paraguayos. No se descarta que la marihuana secuestrada en el Puesto Caminero Lote 2, tenía como destino el campo de Vilelas, lugar de enfriamiento y acopio de la droga, desde hace ya varios años.

El campo pertenece a una familia mayor muy conocida y respetada en el pueblo que tiene su vivienda en la misma Vilelas, la que prácticamente se encuentra desentendida de la propiedad y actualmente era administrada por un hijo, de aproximadamente 30 años, quien luego del allanamiento que realizara Gendarmería, permanece prófugo en la causa y los gendarmes lo buscan por cielo y tierra.

En el pueblito de Vilelas todos aseveran que el prófugo sería muy amigo del joven comisionado del pueblo, el que hoy se lamenta de haberle prestado la máquina “Champión” de la Comisión Municipal, para que realizara un camino interno del campo, que los investigadores no descartan podría haber sido para construir una pista de aterrizaje. Además, la municipalidad, días pasados le habría adjudicado a este personaje, en pleno centro de Vilelas, un terreno, para que construyera un local y se instalara con un negocio, que mucho bien le iba hacer al pequeño casi indiviso centro comercial de Vililense. Pero del mismo modo que cuentan los vecinos, la ayuda de la comuna local al prófugo, también aseveran que el comisionado lo hace con todo el que le pide ayuda y lo sospechan su implicancia con el delito.

Otros medios informan y lo vinculan al caso con un narcotraficante, que se encuentra alojado en la Cárcel Federal de Colonia Pinto, es probable que sí, se tratara de un preso privilegiado, de los denominados preso VIP, que prácticamente tenía en su lujosa celda no sólo un teléfono, sino un centro de computación con la que podía manejar la red internacional del narcotráfico y esto habría que revisar quien otorgaba o permitía los privilegios.

El procedimiento no es como la cuentan otros medios, regalando méritos, ya que fue en el marco de un control de rutina de los gendarmes de la Sección Quimilí, cuya presencia, a pocos días de su llegada a la cabecera del departamento Moreno, comenzó a dar frutos y se puede ver los resultados de lo acertado de la creación de la fuerza en esa ciudad estratégica, en lo que es la  lucha contra el narcotráfico, que observa una enaceitada impunidad cuando carga media tonelada de droga y sin ningún recaudo sale a circular por las ruta con destino supuestamente a La Banda. Esto habla a las claras de una costumbre que genera la confianza, en que la carga, sin problemas, va llegar a destino.   

Los gendarmes recién llegaron a Vilelas en un colectivo, el lunes a la madrugada y sólo sorprendieron en el campo al puestero, cuidador del dueño de la hacienda de un tercero, que alquilaba el campo para que pastara la hacienda, quien fue detenido mientras que el dueño y encargado tuvo suficiente tiempo para cruzar la frontera y ocultarse en el país de donde procedía la droga, que enfriaba en su campo y luego la trasportaba en un camión simulando ser una carga de carbón.

Lo bueno de todo esto, es que el procedimiento del secuestro de media tonelada de droga, que se realizó el domingo pasado en Yuchán, la que procedía de un campo de Vilelas, indica a los investigadores con certeza que en la zona, a menos 40 kilómetros de la ciudad de Quimilí, donde asesinaron al niño Marito Salto, cuya investigación se encuentra desorientada desde hace varios años, operaba una poderosa organización de narcotraficantes.