El centro de investigación algodonera –CIA-- es el primer emprendimiento público-privado- a campo, donde se evalúan los últimos resultados de las novedades que dejan las semillas de algodón sembradas en lotes demostrativos.

Es que todas las miradas están atentas a este cultivo que sigue siendo la bandera de Chaco y el Este de Santiago del Estero, con un fuerte trabajo de productores y técnicos en el norte de Santa Fe. 

En este marco, se realizó días atrás en la colonia La Matanza,  cerca de Presidencia Roque Sáenz Peña, una jornada a campo donde se expusieron los objetivos del CIA, que es generar un espacio de intercambio e investigación entre técnicos, asesores, productores, INTA y Gensus

La idea apunta a fortalecer la implementación de los pilares estratégicos para el desarrollo del algodón argentino fiscalizado, de la mano del semillero Gensus S.A., que tiene su laboratorio en Avia Terai, realizado de manera conjunta con INTA Sáenz Peña.

Esto implica un avance considerable en el uso de nuevas tecnologías para el algodón, con la plena participación no solo de técnicos del sector público y privado, sino también de los propios productores algodoneros.

A la misma asistió un gran número de técnicos referentes del sector, como así también productores clientes de la empresa de las provincias de Chaco, Santiago y Santa Fe.

EVALUACIONES A CAMPO

En esta oportunidad se evaluaron distintos parámetros del cultivo, como ser altura de plantas, número de nudos, posición en la planta de la primera bocha fijada, y número de bochas por metro cuadrado. A través de estos datos los presentes pudieron deducir la productividad y precocidad de cada una de las alternativas presentadas.

CONOCIENDO AL CULTIVO

Para entender y explicar el comportamiento de las distintas variedades se pusieron a consideración de los presentes los datos de clima de la zona en la presente campaña agrícola. Las mismas reflejaron una distribución y cuantía muy desuniforme ya que no se dieron precipitaciones desde mayo hasta Setiembre. Octubre registró 15 milímetros, y Noviembre fue el mes que más llovió con un total de 187 milímetros.

La siembra se realizó el 26 de Noviembre de 2021. Hasta el 15 de Marzo de 2022 el total de agua caída sobre el cultivo fue de 210 milímetros.

En líneas generales la campaña se presentó muy complicada desde lo climático, con escases de agua y con un período en simultáneo con altas temperaturas desde mediados de enero hasta mediados de febrero.

El cultivo reaccionó a estas inclemencias a través de sus mecanismos típicos de adaptación que tiene y que le permite seguir viviendo y postergando su período reproductivo.

Para ello el Algodón recurre a disminuir su área foliar, detener el crecimiento, eliminar pimpollos y flores (para evitar demanda de nutrientes). Todo esto hace que el cultivo transpire menos y pueda ahorrar agua. Lo único que no detiene es el crecimiento de su raíz, la cual sigue creciendo hasta fin de floración efectiva. En conclusión, la planta "se prepara" para aprovechar mejores condiciones en otro momento.

CONCLUSIÓN DE LA JORNADA

Fue muy bien aprovechada por los presentes, los cuales pudieron interactuar y discutir cuestiones técnicas que hacen al manejo del cultivo y a la definición del mismo en las etapas finales en los próximos días.

Algunas parcelas están listas ya para defoliación y cosecha en 10 dias, en cambio otras estarán a cosecha en 50 días.

El desarrollo de nuevas variedades es uno de los objetivos del CIA

SAENZ PEÑA (Agencia). El desarrollo de variedades mejoradas de algodón es uno de los objetivos fundamentales priorizados en todos los países algodoneros, dice Pablo Vaquero, del semillero Gensus.

El desarrollo de variedades mejoradas de algodón es uno de los objetivos fundamentales priorizados en todos los países algodoneros.

Los últimos eventos genéticos comunicados por el INTA en materia de transgénesis marcan un punto de inflexión en el desarrollo de tecnología para el cultivo, con proyección nacional e internacional.

En la visita a los lotes demostrativos asistieron técnicos de Gensus junto a un equipo técnico del INTA Sáenz Peña de la sección genética y biotecnología.