Por Tony Villavicencio | Argentina perdió 1900 millones de dólares por el rulo de importar soja para su procesamiento y exportación. Doscientos camiones semanales, sin embargo, llevan previamente los granos desde la Argentina a Paraguay y a Brasil para su reingreso posterior.

Las sospechas de la UIF. Por qué no se sostienen los argumentos de productores y exportadores del complejo sojero sobre una maniobra que les reditúa fortunas y al país le provoca una sangría de divisas.

“La sospecha es que agroexportadores de diferentes provincias argentinas deciden enviar hacia el Paraguay, Brasil y ahora también hacia Bolivia camiones con toneladas de soja, con el fin de vender a precios internacionales vigentes. De esta manera, evitarse el pago de las retenciones que se exigen en Argentina”, resaltó la diputada nacional Cristina Britez al fundamentar el proyecto presentado en el Congreso de la nación.

En el referido proyecto de declaración presentado por Britez, se remarca la revisión de los documentos que deben respaldar el traslado de la soja es crucial para evitar prácticas de evasión, contrabando y otros delitos concomitantes que forman parte de los delitos complejos que se consuman con impunidad.  

“En casa de herrero, cuchillo de palo”, es un viejo refrán que alude a la paradoja de un bien que debería abundar en cierto lugar y que, muy por el contrario, escasea. Tal parece ser el caso de la economía argentina, considerada como la tercera productora mundial de porotos de soja pero que aun así debe importar desde terceros países esos mismos porotos que sus tierras producen en abundancia.

200 camiones semanales

Recientemente, las autoridades policiales y tributarias misioneras detuvieron y decomisaron en la localidad de San Vicente una decena de camiones cargados con soja (aproximadamente 250 toneladas) que se dirigían a Colonia Alicia, en la frontera con Brasil. La fuga de soja argentina desde Misiones al Paraguay y Brasil para eludir el pago de derechos de exportación es una modalidad recurrente del contrabando y, según algunas fuentes, moviliza cerca de 200 camiones semanales que se desplazan desde Santiago del Estero, Chaco, Santa Fe, Córdoba y Salta e incluso, de Buenos Aires hacia la frontera noreste. El destino es eludir los controles de las fronteras e ingresar  con la carga de los granos a Brasil, Paraguay y ahora  Bolivia.

Soja no declarada

En Misiones, al igual que en otras provincias del norte, los secuestros de camiones cargados con soja no declarada continúan en crecimiento. Ayer, cerca de la medianoche, la policía misionera interceptó en el sur de la provincia tres camiones que se dirigían desde Quimilí a El Soberbio con unos 88.000 kilos de soja.

Los camioneros que transportan soja no declarada buscan rutas alternativas para evitar controles fiscales y detrás de estas cargas clandestinas estarían operando enaceitadas organizaciones, que diseñan  los caminos, e inclusive fraguan documentación  que les permita la circulación por provincias  intermedias hasta poder llegar hacia las fronteras  con Brasil, Bolivia y Paraguay.

Se sumó Bolivia  

También en Salta, en este último trimestre, los operativos se incrementaron de manera elocuente. En Salta, el fin de semana, la Gendarmería decomisó 136 toneladas de soja y 62 de maíz que eran transportadas ilegalmente en seis camiones con acoplado sobre la Ruta Nacional 34 y que tenían como destino la ciudad de Salvador Mazza. Según  informo el Ministerio de Seguridad Nacional en su página oficial.

El referido Ministerio además informa  que  durante el 2020 se incautaron 3.691.208 kilogramos de granos, en su mayoría maíz y soja, marcando actualmente  un aumento del 55,4% en relación al año anterior. “En cuanto a los procedimientos donde la mercadería incautada eran granos, las fuerzas federales realizaron 139 y en cuanto a las detenciones, durante el segundo semestre del 2020, las fuerzas federales detuvieron a 109 personas”, describieron en el ministerio de Sabina Frederic.

En los últimos días, la Gendarmería Nacional descubrió varios camiones con más de 400 toneladas de soja que, presuntamente, se dirigían a la República del Paraguay sin haber sido declaradas. Las autoridades intervinientes sospechan que se trataba de un cargamento de contrabando con el fin de evadir el pago de retenciones al momento de vender el producto. En el término de tres días la Gendarmería Nacional detectó un total de quince camiones con una carga clandestina de 436 toneladas de soja, supuestamente con destino al Paraguay. Doce de ellos iban a Misiones y el resto tenía pautado pasar por Clorinda, en Formosa; todos, presuntamente, tenían por objetivo llegar a los  países vecinos  de Paraguay y Brasil respectivamente.