La carne bovina argentina cuenta con un acceso preferencial al mercado europeo que le permite ingresar 29.500 toneladas anuales de carne refrigerada a un arancel reducido (20%).

Este cupo es operativo en el sentido que, de no existir, se colocarían más toneladas, determinándose un precio de equilibrio menor, por lo tanto implica que las empresas que acceden al mismo terminan obteniendo un diferencial de precio y, por ende, una renta económica. Este incentivo estimula a las empresas a participar en los envíos Hilton y genera una puja histórica para incrementar la respectiva porción de cuota que recibe cada una de ellas (la que ha llegado en no pocas oportunidades hasta el sistema judicial).

La competencia de asignación del cupo entre empresas está en manos del país beneficiario, que debe establecer un esquema a tal efecto. Este mecanismo de asignación ha sufrido muchos cambios en la historia, y actualmente rige un esquema que podría decirse se aplica en "dos etapas":

Una distribución "primaria", donde se decide asignar el 90% de la cuota a plantas frigoríficas habilitadas por la Unión Europea y que ya vienen exportando y el 10% restante se distribuye entre asociaciones de productores y nuevas plantas (se refiere a este segundo grupo como proyectos conjuntos).

Una distribución "secundaria", para cada uno de los grupos anteriores, donde la participación de cada actor depende de su desempeño en el ciclo previo, del volumen de toneladas Hilton que logró certificar en el ejercicio anterior, descontándose, como forma de penalización, la diferencia entre las toneladas que le fueron asignadas y las toneladas que efectivamente logró exportar (con algunas excepciones).

El mecanismo de asignación vigente tiene como atributos positivos la simplicidad y estabilidad, la posibilidad de planificar negocios de exportación de carne de alta calidad con la certeza de una participación en la Hilton (siempre que se cumpla), pero podría cuestionarse desde otros objetivos posibles, por caso, la ausencia de algún componente o mecanismo que permita reconocer y estimular la eficiencia (que las industrias de mayor productividad sean las que más cupo reciben) o de algún parámetro de tipo regional, donde la distribución de la renta que genera la cuota considere el aporte que hacen a la cadena de ganado y carne las diferentes regiones productoras, publica La Nación.

La discusión respecto del mejor método de asignación de la Hilton excede a esta columna. Lo que sí podría decirse es que se trata de una cuestión de economía política, de cómo ponderen los distintos objetivos que pueden ponerse en consideración cuando se diseñan muchas políticas públicas (de cuanto se privilegie la eficiencia, la simplicidad, la promoción territorial, la promoción a la construcción de nuevas capacidades comerciales, etcétera).

Este artículo solo se concentra en analizar la distribución geográfica de la cuota Hilton en relación a la dimensión de la actividad ganadera (aproximada por existencias de rodeo bovino) y frigorífica (aproximada por la faena) existente al interior del territorio. Es decir, se hace un análisis de la correspondencia que existe entre la distribución territorial de la Hilton y la distribución territorial de los dos actores productivos claves de la cadena (productores e industria). Se analizan guarismos actuales y de una década atrás, a los efectos de determinar posibles diferencias que se hayan generado en este período.

Para la situación actual se analiza la distribución geográfica de cuota Hilton para el ciclo 2019/20, surgida de la resolución 308/2019, y se la contrasta con la distribución de existencias y faena de 2018.

La provincia con mayor hacienda y faena del país es Buenos Aires, con una participación en el total nacional del 35% y 51%, respectivamente. Le siguen Santa Fe (11% y 17%) y Córdoba (9% y 8%). Completan la región pampeana Entre Ríos (8% y 4%), La Pampa (6% y 3%) y San Luis (3,1% y 1,4%). En el NEA sobresalen Corrientes (8% y 1%) y Chaco (5% y 1%); en el NOA destacan Santiago del Estero (3% y 1%) y Salta (3% y 1%).

Para 2019/20, la Cuota Hilton estaría asignada, bajo las salvedades antes comentadas, en un 57% a Buenos Aires, 27% a Santa Fe, 3% a Córdoba, 0,5% a Entre Ríos, 6% a La Pampa, 3,1% a San Luis, 3% al NOA (2% a Santiago y 1% a Salta) y 0% al NEA.

Pese a no contar con puerto, Santiago destacó en su calificación

En contraposición, Buenos Aires y Santa Fe contaban con una participación del 55% y 24%, de manera que, han ganado 2 y 3 puntos porcentuales en los últimos 10 años, respectivamente.

De las ubicaciones lejanas al puerto, entre las que más han mejorado se distinguen La Pampa y Santiago del Estero, incrementando en participación del 3% al 6% y 0% al 2%, respectivamente, explicando este último la mejor participación del NOA, consigna en su informe el diario La Nación.

En síntesis, hay dos provincias que tienen un peso específico en la Hilton muy superior al que registran en otros componentes de la cadena (producción de hacienda y de carne).

Se trata de Buenos Aires (+6 puntos porcentuales en Hilton que en faena, +22 puntos en Hilton que en existencias) y Santa Fe (+10 puntos porcentuales en Hilton que en faena, +15 puntos en Hilton que en existencias).

Para compensar se requiere lo contrario en otras provincias, es decir, jurisdicciones que resignan participación en Hilton respecto de la que tienen en las otras dos variables.

Este es el caso de Córdoba (-5 puntos porcentuales en Hilton que en faena, -6 puntos porcentuales en Hilton que en existencias) o de la región del NEA (-4 puntos porcentuales en Hilton que en faena, -17 puntos porcentuales en Hilton que en existencias).