De acuerdo con un informe privado, el precio de los alimentos básicos se incrementó hasta un 164% en el último año. En el detalle por productos se registraron subas interanuales en marzo pasado en la harina (164,3%), los fideos (96,4%), el pollo (90,9%), la yerba mate (86,6%), el pan francés (80%), la carne picada (73,9%), el arroz blanco (71,7%) y el dulce de leche (66,6%).

“Los bienes primarios propios del consumo alimentario básico son los que presentan mayores aumentos, con el agravante de que corresponden a bienes de baja elasticidad, ya que típicamente no pueden ser sustituidos por otros o postergados en su consumo ante aumentos de precios”, reveló el Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV), según publica Nuevo Diario.

“Los bienes alimentarios básicos componen una proporción del consumo de las familias que conforman los segmentos socioeconómicos más bajos. Por lo tanto, subas descomedidas en estos productos tienen impacto directo en los indicadores de pobreza y de indigencia”, detalló esta investigación efectuada por economistas.

En ese sentido, la inflación medida en términos interanuales (comparada con el nivel de marzo del año pasado) fue del 54,7%, mientras que la inflación en alimentos subió al 64,0%, aumentado un 16,8% más que el nivel general. “El rubro leches, lácteos y huevos del IPC para el segmento gran Buenos Aires, en un año aumentó casi 13 puntos por sobre la inflación general. El rubro carnes y derivados subió casi 16 puntos, mientras que café, té, yerba y cacao creció 15 unidades”, afirmó el estudio.

“El crecimiento de los precios internos presenta un límite y es la capacidad adquisitiva. El precio de los bienes y servicios puede aumentar siempre y cuando encuentre demanda solvente para los mismos. Es por esto que los precios internos han crecido aún por debajo de los precios mayoristas, y a su vez, estos por debajo del tipo de cambio nominal”, analizó la investigación de esta casa de estudios.

“El crecimiento de los precios, en especial durante el último año, ha impactado en forma más acentuada sobre los bienes de mayor necesidad para el consumo familiar, produciendo un evidente efecto regresivo sobre la distribución de los ingresos: en el último año, los salarios perdieron casi un 12% de capacidad de compra de alimentos básicos”, agregó.

Y concluyó: “En momentos donde la inflación se acelera por encima de los ingresos nominales del hogar, necesariamente este verá cómo sus ingresos pierden el poder adquisitivo mantenido otrora. De convertirse en una situación permanente, los hogares pueden perder una importante porción del valor que reciben para su reproducción en condiciones normales”.