La abogada Florencia Guijo se presentó en el juzgado de Dolores y corroboró sus revelaciones ante Página 12. Explicó cómo fue preparada la declaración de Leonardo Fariña y sostuvo que ella no formó parte de esa operación oficial, que fue usada. Otro testimonio revelador de cómo se fabricaron causas, en el sector del poder judicial que respondía a Cambiemos.

La abogada Florencia Guijo confirmó ayer ante el juez Alejo Ramos Padilla todo lo adelantado en la entrevista exclusiva realizada por Página 12 el pasado domingo.

La letrada dejó en claro que el arrepentido Leonardo Fariña ya había declarado en base a un guión elaborado por la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), aún antes de que ella lo entrenara, pero sucedió que Fariña ni siquiera entendía mucho de lo que había dicho él mismo el 8 de abril de 2016. El bochorno fue tan manifiesto que el juez Sebastián Casanello lo dejó por escrito señalando que parte de la declaración estaba armada.

La AFI quiso profundizar la ofensiva sobre la ex presidenta y entonces contrató a Guijo para que le explicara todas las cuestiones técnicas a Fariña. Luego el arrepentido volvió a declarar el 1 de agosto de ese mismo año. En el atardecer de ayer, el magistrado ordenó el allanamiento de la vivienda de Guijo en búsqueda de más documentación. Todo indica que el próximo paso es la citación a indagatoria de Fariña.

Guijo tuvo que prestar ayer declaración indagatoria por cuanto Ramos Padilla consideró que participó en el armado de una falsa declaración. La letrada es una experta en derecho administrativo, es decir, una abogada que sabe sobre el armado de leyes, decretos, normativas, licitaciones y los conceptos que encierran todos esos procedimientos. Por eso la contrató un integrante de la AFI, también abogado, Raúl Copes, quién ya le había hecho un encargo anterior: Elaborar una normativa para cambiar el organigrama de la central de espías. Toda la secuencia, contada ante este diario, fue ratificada por Guijo en el juzgado de Dolores.

Ayer, la abogada le dijo a Ramos Padilla que inicialmente ella ni siquiera sabía a quién entrenaba, aunque después hubo un encuentro personal en el que Guijo reconoció a Fariña. La abogada afirmó que su papel no cambió para nada el curso de los acontecimientos que ya estaba marcado por los lineamientos que la AFI le dio al arrepentido, antes de que ella entrara en escena.

 Para ese momento, Fariña ya había dicho –siguiendo el texto de los mails que le mandaba la AFI– que hubo un plan sistemático de enriquecimiento a costa del Estado, que los funcionarios se quedaban con los adelantos y otras maniobras por el estilo. Como Fariña no dominaba los conceptos que le mandaron decir, apareció Guijo que ayer esquematizó su rol: “Le hice de maestra”, dijo. “Como podrá verse mi reunión fue a los fines de explicar conceptos que ya estaban volcados en los mails –señala Guijo en el texto entregado al juez– y que Fariña en la reunión que mantuvo conmigo desconocía de manera categórica”.

La abogada agregó: “No solamente desconocía el lenguaje técnico sino que desconocía el concepto de cada uno de los institutos y su funcionamiento en la práctica. Quiero destacar que su mayor preocupación era la imposibilidad de defender mediáticamente, dado su desconocimiento, sus declaraciones sobre Obra Pública”.

De manera asombrosa, el escrito presentado por Guijo ante Ramos Padilla demuestra que en la declaración de Fariña se copiaron 32 párrafos de los mails enviados por la AFI, o sea que el corazón de todo lo que dijo el arrepentido provenía del gobierno. “A esto debe sumársele los párrafos textuales de las notas periodísticas de La Nación y Clarín que elevan ese numero considerablemente", señaló la abogada.

Lo que quiero destacar es que en aquella reunión Fariña no conocía sobre esos conceptos, tampoco conocía el Ministerio de Planificación Federal ni la gente que menciona en ese escrito”. Guijo sostuvo que no cometió ningún delito porque ni sabía para qué Fariña necesitaba saber lo que él mismo dijo. Y, además, la letrada mencionó que ni siquiera cambió los errores que había en los mails y que Fariña repitió.

 Por ejemplo, el arrepentido sostuvo como gran argumento que el kirchnerismo cambió las reglas del juego y la ley referida a las obras pública, mientras que Guijo señala que la ley se cambió en 1941 y el kirchnerismo no la tocó. “Se imagina, señor juez, que yo trabajaba con esa ley todos los días, de manera que sabía que ese era un error grosero. Yo no fui parte de ningún plan ni me involucré”, escribió Guijo.

El armado de la declaración de Fariña no puede verse como un hecho aislado. Hubo un cúmulo de maniobras de la AFI como, por ejemplo, los dos testigos falsos que acusaron al juez Casanello de que estuvo reunido con Cristina Kirchner o las maniobras para infiltrar la defensa de los hijos de Lázaro Báez y jugadas sucias para quebrar al constructor para que declare como arrepentido.