Dos pericias entregadas al juez Marcelo Martínez de Giorgi dejaron en un limbo la llamada causa de los Cuadernos.

Por un lado, una pericia de 26 páginas de la División Scopometría de la Policía Científica de la Policía Federal determinó que el expolicía y amigo del remisero Oscar Centeno, Jorge Bacigalupo, hizo las correcciones y las sobre-inscripciones, cambiando nombres y fechas para inculpar a distintos empresarios por supuestas entregas de dinero. Una segunda pericia, realizada por la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, en total 187 páginas, confirmó en un análisis lingüistico, que hay enormes diferencias entre los cuadernos número 4, comparados con los 7 y 8, que son los que hablan de plata. La pericia dice que intervinieron personas distintas y que se verifican palabras que no son las usadas por Centeno, que los términos no se corresponden con su vocabulario habitual. Ambos estudios, hechos únicamente sobre los tramos referidos al empresario Armando Loson -el denunciante- ahora plantean una serie de interrogantes. 

Parece evidente que Bacigalupo dictó a Centeno la parte de los cuadernos en los que se habla de dinero. La pregunta es ¿quién le dio las instrucciones a Bacigalupo? ¿Quién estuvo por arriba de la operación? En segundo lugar, los imputados están en condiciones de decir que tales y tales hechos son falsos y que fueron presionados por Claudio Bonadío y Carlos Stornelli, con la cárcel mediante, a reconocer hechos en base a una prueba falsa. Lo cierto es que al cumplirse cinco años de la aparición de los cuadernos, la justicia no ordenó una pericia global sobre todos los cuadernos, como correspondía hacer desde el primer día. Por de pronto, el juez Martínez de Giorgi ordenó ahora pericias sobre la computadora y los tres celulares de Bacigalupo, justamente para verificar quién dio las instrucciones en la mega-maniobra. Con la jugada de los cuadernos se impidió una investigación limpia, nítida, sobre hechos de corrupción o aportes a las campañas electorales.

Lo que dice la primera pericia

Como ya reveló Página/12 en su momento, las primeras pericias caligráficas fueron realizadas de manera privada por el empresario Armando Loson, con la asistencia del abogado Carlos Vela. Se encontraron 1.600 alteraciones del texto, una cantidad descomunal teniendo en cuenta que el análisis sólo se hizo sobre los tramos en los que se mencionaba a Loson. Y, además, como Tribunal Oral 7, que ahora tiene el expediente, se negó a entregar los originales, los análisis se hicieron sobre las fotocopias.

Después de ese primer estudio, Loson hizo la denuncia penal y el juez sorteado, Martínez de Giorgi, ordenó una pericia oficial que confirmó lo detectado por el estudio privado. El hallazgo más importante fue que los cuadernos tienen dos etapas:

*La primera, donde Centeno sólo registraba viajes, como es lógico en un remisero. Fuimos del Ministerio a tal lado. No más que eso. Eso es así, por ejemplo, en el cuaderno 4.

*La segunda parte de los cuadernos, escritura más apurada, más inclinada, más uniforme, lo que indica que fueron dictados. Cuadernos 7 y 8 son los más claros. 

*En ese marco se hicieron las correcciones, borraron hasta con Liquid Paper parte de los textos, hubo tachaduras y otras alteraciones.

El abogado de Loson, Vela, y el juez tuvieron indicios de que los cambios fueron realizados por Bacigalupo, por lo que el magistrado mandó a hacer la pericia que se conoció este lunes.

El resultado es el siguiente: comparando textos secuestrados de agendas y anotaciones de Bacigalupo con los textos de los cuadernos, “se destacan las mismas alternaciones en construcciones de signos”, “las relaciones de proporcionalidad y de ubicación de signos se reiteran en calidad y cantidad, lo que permite colegir una misma génesis gráfica”. “existe correspondencia entre los gestos gráficos de Bacigalupo con los asentamientos y manuscritos insertos en la documentación (los cuadernos)”. En los nombre Loson y Ferreyra (referidos a Gerardo Ferreyra, empresario de Electroingeniería) existen analogías, proporcionalidades y morfología de los signos entre lo encontrado en casa de Bacigalupo y los cuadernos. “Se infiere que formalmente surge la intervención del señor Jorge Bacigalupo en las leyendas agregadas y enmendadas en los cuadernos 4 y 7”. Son los cuadernos en los que se mencionó a Loson y Ferreyra. Los demás no se peritaron porque el Tribunal Oral y la fiscal Fabiana Leon, funcionaria más que relacionada con el macrismo, se negaron a hacer el estudio.

Un dato de impacto: la pericia de la Policía Federal fue firmada por el profesional designado por Loson, pero también por el que representó a Bacigalupo.

Lo que dice la segunda pericia

El trabajo fue pedido por el juez a la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Lo firma la licenciada Marsolaire Quintana González, licenciada en letras y experta en lingüística y análisis del discurso.

El cuaderno 4 es de 2008 y 2009, mientras que el 7 es de 2013 y el 8 es de 2015. El análisis afirma que hay una diferencia abismal entre el primero y los otros dos, algo que ya había concluido la Policía Federal.

*”Los fenómenos de tachaduras y sobreescrituras ponen en cuestión que el destinatario sea el mismo. La evolución temporal del perfil no resulta consistente. Los datos estilométricos confirman diferencias”.

*”Hay un cambio de intencionalidad del sujeto de la escritura”

*”No es posible definir un perfil autoral uniforme de los cuadernos”. Esto significa que intervinieron personas distintas.

*”Hay diversificación del léxico y la sintaxis, el uso de estructuras anómalas e incompletas. Puede deberse a interferencias, contaminación y hablantes que no se corresponden con el perfil del sujeto de la escritura”. O sea, alguien dictó, no son las palabras de Centeno.

Las conclusiones tienen el acuerdo de los peritos oficiales y de parte, María Valentina Noblia, Salvio Martín Menéndez, Alejandro Renato y Julia Zullo.