Por Tony Villavicencio | La política, los políticos y los funcionarios públicos están sometidos a fuertes críticas en todas las latitudes.

Lo vemos en Argentina, en Santiago del Estero y en Monte Quemado, sin que dejemos de observar las crecientes dificultades de organización que presenta el municipio de la cabecera del departamento Copo.

Sin dudas, hay voluntad de cambios y nos encontramos con los resultados de una sociedad en sus sistemas de relaciones, reclamando oportunidades lejos de las tecnologías, con sectores sumidos en una marcada pobreza. Frente a todo esto, las acciones clásicas de la política de la modernidad, sorprende al gobierno municipal del ingeniero Felipe Cisneros con las viejas disciplinas de esos dos hombres que lideraron y gobernaron durante 37 años, y coincidimos que tres décadas de fracasos no se cambian en tres meses de gestión.

El vecino de la ciudad de Monte Quemado está demandando de lo urgente, un nivel de educación de las ciencias, las artes y  todas las dimensiones sociales económicas  del nuevo tiempo. La educación representa la  modernidad, a partir del concepto de Estado de las nuevas generaciones por lo  que   es necesario irrumpir en el pueblo  con más y mejor educación para que el concepto de “verdad” y “libertad”  fluyan  y superen a los aduladores, y sea  la verdad crítica de las nuevas generaciones  las que  empujen a la falsa  democracia  del pasado que  nos estancó y nos impiden avanzar. Y con el intendente lo hablamos y está convencido que hay que promover opinión para que desde la diversidad se enriquezca  el cambio de conductas políticas enriquezca la democracia.

Los distintos niveles de la sociedad deben entender que la medida de la participación de los propios interesados es un resguardo de sus intereses y los del conjunto. En estos últimos tiempos demandan una activa intervención del municipio. Sin dudas en la actualidad, la nueva dinámica encabezada por el ingeniero Felipe Cisneros, debe  ejecutar  liberando  la  democracia procedimental y personalizada que nos dominó 37 años.

Sin dudas, hay una voluntad de cambio en el intendente que busca alcanzar, incorporando en la sociedad, más diversidad pero reconozcamos que el gobierno de Cisneros aún no ha logrado superar las trampas del pasado, que al más hábil administrador lo enreda.

Esperemos contar con el acompañamiento del Consejo Deliberante  en  el inicio de las secciones ordinarias y comiencen a marcar el rumbo de un gobierno municipal que vemos  tiene ganas de cambio, empero no encuentra en sus funcionarios la experiencia y, en ocasiones repiten errores del pasado. Entendemos y lo repetimos, tres meses de gestión no son suficientes para curar los vicios de 37 años de gobiernos. Empero, hay que comenzar  con lo primero de lo primero: el Cambio de conductas políticas.