Por Tony Villavicencio | A partir del conflicto institucional que se plantea por el manifiesto e interesado fallo del despojo a las provincias por parte del máximo tribunal de justicia.

El enfrentamiento  desestabiliza  la institucionalidad del país y profundiza  la  descomposición política y social en la Argentina,

Hay que tener la capacidad de tratar de ver más allá y descubrir en el cielo aparentemente calmo de nuestra sociedad y destapar los dramas que la surcan en un escenario donde se denuncia la deshonestidad de los políticos, la corrupción de los jueces, el autoritarismo de los funcionarios, la explotación de la oligarquía, la violencia de los poderosos y la  tentativa de asesinato de la vicepresidenta.

En una situación social y política, y en lo que fue un trabajo en conjunto con el escritor, poeta y periodista Bebe Ponti profetizamos el incendio del Santiagueñazo ocurrido el 21 de diciembre del año 2001. Fue a través de Nuevo Diario donde se anticipaba una provincia en llamas.

Claro, fueron situaciones políticas y sociales distintas, pero de un mismo contenido social y económico. Para entonces, el gobierno santiagueño estaba desinflado y torcido, el derrumbe era inevitable tras cuatro meses sin percibir sus sueldos los empleados de la administración pública. “La oveja siendo oveja, cuando tiene hambre rompen el cerco” y vaya que los mansos santiagueños golpearon a la democracia, como nunca ocurrió en ningún lugar del país.  

La descomposición social

De eso ya pasaron 22 años y vemos  hoy que en el país se oculta una enorme descomposición social, porque mientras la clase dirigente aumenta su riqueza, construye  fastuosas mansiones y organiza espléndidos banquetes todos los días, mucha gente a lo largo y ancho  del país  está sumida en la miseria. Envueltos en una crisis económica que profundizan y activan los detonantes de las desigualdades sociales y el pueblo tiene hambre y lo volvemos a repetir “cuando la oveja tiene hambre siendo oveja rompe el cerco”.

Ocurre en todo el país, los comerciantes por la incertidumbre de una  galopante inflación se aprovechan del consumidor final. En la Justicia  se dejan sobornar, al extremo que el Poder Ejecutivo denunció a la Suprema Corte de la Justicia  y hay Jueces que  recurren a trampas legales. Y lo peor es que el gobiernos de las provincias no hacen nada para remediar la grave situación de injusticia que sufren los ciudadanos.

No se dan cuenta del deterioro estructural que sufre la sociedad Argentina por efecto del enfrentamiento de los poderes que sostienen al Estado Democrático, Republicano y Federal. El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires debiera ser más respetuoso del  federalismo y desistir de su desmedida, ilegal y hasta inhumana ambición de quedarse con lo que es de las provincias pobres  y no estaría mal desmontar la campaña del odio instalado por ellos en la sociedad, a través de los medios del grupo Clarín y hacerlo “antes que ruja el león”.