Por Tony Villavicencio | La libre expresión y el debate serio y responsable, en Monte Quemado, han sido secuestrados por una especie de monopolio.

En el ciberespacio, en la radiofonía y ahora intentan incursionar en la prensa digital. Un poder autoritario que se niega al disenso e invierte el dinero de la ciudad más pobre del país, en un dislocado intento de frenar la palabra y borrar las letras de los que piensan distinto y se exponen a denunciar la corrupción.

 Gobierno editor

“Nuestro lema es que los demás den una opinión, pero jamás renuncies a la tuya”, una reflexión que hoy cobra más sentido que nunca, ya que en el último tiempo, lamentablemente, vemos cómo el poder local persigue y silencia, en lo que es la obra de un gobierno que sobrevive en el marco político de un vaciamiento de poder, que por salvarse del eminente fracaso invierte con la ilusión de poder frenar el cambio.

El pensar diferente y el poder expresarlo con respeto y sin miedo, en diversas plataformas, en Monte Quemado se torna inaceptable y hasta peligroso. Si no va con el pensamiento del que gobierna, es casi un insulto, y en estos días de política reviste un riesgo de agresión y pisoteo de la integridad real o virtual de quien emite su opinión.

Y por favor, que a nadie se le pase por la mente opinar distinto, porque ello conlleva a que lo proscriban en sus derechos  y lo encasillen inexorablemente en un bando político u otro, y hasta corre el riesgo de ser víctima de hasta una difamación  por las radios que pagan  con el dinero del pueblo.

El sufrimiento del pueblo

Todos tenemos visiones personales que nos ha forjado nuestra propia historia, podemos ser un aporte con nuestras opiniones, pero hay que tener en cuenta que también existe la posibilidad de estar equivocados. Ya sea lo uno o lo otro, que ello no coarte nuestro derecho a opinar y que a nadie le exija a pedir perdón, solo por opinar diferente al gobierno de turno como hemos visto ocurrió con empleados municipales a los que como única forma  de salvar la fuente de trabajo les exigieron  la humillación del perdón. .   

No cabe dudas, en Monte Quemado se está viviendo la crisis de las instituciones y una pronunciada devaluación de la democracia en manos de un gobierno municipal, que cuando fue el tiempo de la pandemia se justificó de los abusos y también los recursos económicos,  que no se invirtieron en obras, servicios, ni mucho menos en ayuda social, profundizado las desconfianza en la ciudadanía, la que mayoritariamente se siente abandonada, burlada en sus necesidades por un gobierno de familia que usa, lo que es de todos, para unos pocos.

Sin embargo, dándole la espalda a este gobierno,  emerge una oportunidad única para repensar, hacer una pausa, reflexionar, saber escuchar, conversar, debatir y generar un diálogo respetuoso con nuestras legítimas diferencias, donde el pensamiento crítico y la opinión distinta no sean vistos como un reguero de pólvora o provocación, sino más bien, un valor fundamental para construir  en la diversidad que nos impone la democracia y así, en  memoria de los sufridos hacheros  que fundieron sus pulmones. Sean hoy  las nuevas generaciones con sabiduría y humanidad,  por encima de las diferencias las protagonistas de cambios y recuperar  a esta bendita ciudad, del oprobio institucional, que perduro durante 37 años de democracia.