Por Tony Villavicencio | En Monte Quemado la atención de la salud pública vuelve a preocupar, y pese al esfuerzo y la inversión que realiza el gobierno de la Provincia el hospital Francisco Antonio David,  presenta irregularidades.

Estas repercuten en la calidad de atención  de  la salud de los copeños.  

Algo está sucediendo el servicio es precario y todos se preguntan como explican el destino de los fondos que les envía el Ministerio de Salud, más lo que el hospital genera con los planes que son otros dos  millones de pesos mensuales. Faltan  medicamentos, no se paga a choferes y enfermeros, contratos 5.000 pesos mensuales, y muchos se preguntan ¿dónde van a parar los fondos?.

Hay que recordar que la salud, en su atención de calidad es importante, y que su ausencia tiene repercusiones no solamente sobre la eficiencia del sistema de salud, sino que también puede costarles la vida al ciudadano, y esto fue lo que sucedió en Monte Quemado cuando adolescentes por un apendicitis murieron en el camino sin poder llegar hacia un centro más complejo.

Otra vez las voces se levantan a través de las redes sociales, denunciando irregularidades. No solo se percibe en los pacientes, sino que también en el personal de salud. Culpan al “interventor ausente”, señalan que interviene y administra el hospital de Monte Quemado desde el nosocomio de Campo Gallo.

Afirman que algunos profesionales médicos (especialistas) que vienen desde Santiago Capital, perciben sueldos exorbitantes, los hacen figurar en planilla, pero nunca están y cobran igual, y lo que más confunde es la ausencia permanente de quien tendría que controlar que esto no suceda.

Todos expresan irregularidades, todos se refieren a la atención de mala calidad en lo que es  un desperdicio enorme de recursos, y naturalmente, la consecuencia del derroche y la ineficiencia del gasto en salud deteriora la confianza de los copeños. Los últimos días trascendió que el cupo de combustible asignado al hospital es manipulado, y coinciden que hay una empleada, estrechamente allegada a la intervención, que convierte los vales de combustible en dinero efectivo.

No es únicamente un asunto de percepción. La baja calidad institucional repercute directamente en lo asistencial, porque las ambulancias que debieran estar al servicio de los enfermos las usan de taxi, a los médicos, que perciben sueldos onerosos, hay que traerlos y llevarlos  a la ciudad de Santiago del Estero poniendo en riesgo las emergencias.

 Reiteramos, la salud pública en Monte Quemado estaría demandando una revisión de los organismos superiores de control, tal vez una auditoria.  El gobierno de la Provincia se esfuerza e invierte, pero la calidad de la atención de la salud en el hospital del Norte Grande, según los pacientes y empleados, es cuestionable y todos coinciden que la mala calidad es por los efectos de un desperdicio enorme de los recursos económicos y humanos en manos de una intervención hospitalaria ausente y que administra a distancia.