Por Tony Villavicencio | Los aumentos de las naftas ensanchan la franja  entre el poder adquisitivo y el salario del obrero argentino, quedando la economía del país a merced de los especuladores.

En  lo que va del año, los aumentos en el precio de la nafta ya suman un 30%, y tras la suba del Axion y Shell el domingo, la empresa de capital estatal YPF, asentando el desafío, se sumó al aumento a partir de las cero del lunes.

El pueblo trabajador argentino, y también el copeño no sale de su asombro pero lo peor está por venir. Cuando el impacto en los precios de todo lo que se comercialice se incrementen, mientras los salarios de los trabajadores continúan estancados en lo más profundo de la zanja.  

El camino del poder adquisitivo del asalariado viene en picada, con inflaciones que son históricas como dicen don José Larralde, nos fundieron el país y el ruido a tripa en argentina y más aún en Monte Quemado.

Las estaciones de servicio remarcaron sus pizarras con aumentos y entendemos que no lo hicieron a espaldas del gobierno, es más YPF, la empresa petrolera de todos los argentinos, acompañó el incremento de los combustibles dinamitando los bolsillos del asalariado, y hay sectores que en el cimbronazo ingresaran a los extremos de la pobreza y siempre hay a quien culpar. Ucrania – Rusia, países del otro extremo del hemisferio.    

Corren tiempos muy difíciles para el obrero y también para algunos sectores. Es el caso del transporte de mercancías por carretera que son los que trasportan las mercaderías que consumimos en el interior. A los problemas que ya vienen arrastrando desde tiempo atrás, y por los que llegaron incluso a convocar un paro patronal   se suman ahora todas las complicaciones derivadas de una  suba fulminante de los combustibles.  

Es que con el aumento de los combustibles se espera que aumenten todos los productos y servicios, ya que la mayor parte de los alimentos y artículos son distribuidos al interior  por logísticas terrestre y a eso hay que sumarle la avivada de los especuladores que   aprovechan  la volada  y  remarcan en las góndolas el precio de la mercadería.   

Por su parte, en Monte Quemado también ya se escucharon las quejas de los precios en manos de comerciantes especuladores y no solo son a los consumidores finales, que le duele la inflación.  Sino también  los trabajadores de los remixes  son los  más afectados por los incrementos en el combustible, ya que no gozan de ningún tipo de subsidio de transporte,  y tienen que prever  los gastos de mantenimiento del coche, la cuota del seguro del vehículo que van también en aumento y en la calle cada vez menos gente  alquilando el servicio. A  de dinerillo recursos  las caminata por más largas, son saludables.

En conclusión, toda la clase trabajadora argentina, como ocurrió siempre carga sobre sus espaldas las crisis  económicas  y en realidad  ya no soporta que mes a mes se lo sorprenda con una inflación que no le permita  balancear con los magros salarios que percibe por efecto de la descontrolada inflación.

La franja es más ancha entre el salario y el  poder adquisitivo del obrero argentino, esperemos que no se agoten las paciencias.