Por Tony Villavicencio | Ayer, vecinos denunciaron en nuestra redacción que desde el matadero municipal provienen malos olores, y esto se da después de la última faena que se realizó el miércoles pasado.

En efecto, luego de permanecer clausurado, el martes último habría sido habilitado nuevamente, habiéndose procedido a la faena de las reses cuyas viseras y desechos, comprobamos ayer, fueron dejados en las mismas instalaciones, arriba de un carro, alcanzando un nivel de descomposición que contamina el medio ambiente y expone la salud de la población.

Otra vez sopa

Cabe recordar que la  situación del matadero municipal es crítica, permaneció clausurado después de haberse detectado que la faena, en la precariedad de sus instalaciones, provoco más la intoxicación de unas 50 personas.  

La precariedad del  matadero de la municipalidad de Monte Quemado y sus niveles de contaminación es otra preocupación que desconcentra y preocupa a los copeños. Desde los dos sectores políticos que gobernaron, perdieron el horizonte justificando con comparaciones absurdas como, ¿si el que se fue lo dejó sin terminar, porque lo tiene que continuar el que vino?. 

Los dos sectores políticos que se eternizaron en la democracia de Monte Quemado se culpan. No está mal el debate, es justo y necesario, pero será positivo y provechoso reclamando desde el conocimiento y no desde la mezquina improvisación, con falsas chicanas políticas, sin medir la imperiosa necesidad de resolver un problema sanitario que aflige y compromete la salud de todos los habitantes de la ciudad.

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Hay que recordar

Para poder comprender en su dimensión el tema, es necesario recordar que en los países en vías de desarrollo, las descargas orgánicas provenientes de la actividad de los mataderos generan altos niveles de contaminación en importantes porciones del medio ambiente. En Monte Quemado, el matadero nos afecta a todos, porque todos consumimos lo que allí se faena y todos respiramos el aire contaminado.

Esta situación es especialmente difícil en Monte Quemado, donde las limitaciones técnicas y económicas no permiten poner en funcionamiento medidas de manejo ambiental complejas que solucionen el problema de forma definitiva, y no es justo que se haya abandonado la obra.

Basta de Parches, se necesita resolver definitivamente el problema del matadero. No se puede exponer la vida de ningún habitante solo por el hecho de que el gobierno que pasó lo inició, y en dos años no se haya gestionado para continuar con la obra. Lo mismo sucede con la fuente lumínica de la Plaza San Martín.

Sin embargo, la falta de implementación por parte de la actual gestión, de medidas preventivas simples y poco costosas -como el manejo ambientalmente sano de los residuos orgánicos- impide abordar el problema de forma eficiente en cuanto a requerimientos y resultados al no invertir recursos. 

La salud en riesgo  

Eso quiere decir que quienes administran y tienen responsabilidad no solo abandonan la obra del matadero en su última etapa de construcción, sino abandonan la salud de los empleados y la sanidad del pueblo, llegando al extremo de que a los trabajadores políticamente castigados se los destina a sufrir en el matadero Municipal, donde ya murió un empleado víctima de un virus.