Por Tony Villavicencio | En el departamento Copo, la crisis sanitaria y el confinamiento contribuyeron de manera notable al incremento de los delitos contra la violencia de Genero y el abuso sexual infantil.

En ese sentido es intenso y eficiente el trabajo que realiza la fiscalía de Monte Quemado, donde todos los días la sociedad es sorprendida por hechos que se repiten en los distintos niveles de la sociedad copeña.
En esta oportunidad nos vamos ocupar de lo casos del abuso sexual infantil una experiencia traumática para las víctimas, y más aún para los niños o niñas. Que no solo debe ser neutralizado, por la eficiente acción de la justicia, que condena al autor, privándolo de su libertad, Empero por lo repetitivo en los distintos niveles de la sociedad algo habría que hacer para prevenir este tipo de delito que en casos tiene de victimario al padre biológico de la de la victima.
Según los estudios La niña o niño abusado lo vive como un atentado contra su integridad física y psicológica. Puede afectar a su desarrollo psicoemocional, así como su respuesta sexual en la vida adulta, por lo que se considera un tipo de maltrato infantil. Las respuestas psicoemocionales y secuelas en niñas y niños pueden ser similares a las que se observan en casos de maltrato físico, abandono emocional, etc. ​La mayoría de las víctimas requieren apoyo psicológico para evitar sufrir secuelas del abuso en su vida adulta.
Los especialistas sobre el tema muestran que la mayoría de los agresores son varones (entre un 80 y un 95% de los casos) heterosexuales que utilizan como estrategia la confianza, los lazos familiares, el chantaje y la manipulación para consumar el abuso. La media de edad de la víctima está entre los 8 y los 14 años. En estas edades se produce un tercio de todas las agresiones sexuales. El número de niñas que sufren abusos es entre 1,5 y 3 veces mayor que el de niños. ​ Sin embargo, existen muchos casos que no aparecen en los estudios debido a que no existe denuncia.
Los abusos a menores de edad ocurren en todas las clases sociales, ambientes culturales y razas. El abuso sexual infantil incestuoso es el que comete un miembro de la familia del niño. Existe una alta incidencia en niñas pequeñas que son sometidas a tocamientos, exhibicionismo, estimulación sexual inadecuada y penetración genital.
Entre el 65 y el 85% de los agresores pertenecen al círculo social o familiar de la víctima. Los agresores desconocidos constituyen la cuarta parte de los casos y, normalmente, ejercen actos de exhibicionismo y son dirigidos a niñas y niños con la misma frecuencia. Entre el 70 y el 80% de las víctimas son menores.
De acuerdo al trabajo de psicólogos, los testimonios de las personas que han sido objeto de abusos sexuales suelen ser ciertos. El síndrome de la «memoria falsa» o falsos recuerdos es poco frecuente en adultos supervivientes de abuso sexual debido a que se trata de sucesos que dejan una impronta muy relevante en la memoria y en algunos casos se observa disociación y amnesia selectiva: La víctima elimina recuerdos dolorosos o traumatizantes ocurridos durante el período en el que ocurrió el abuso.