Por Tony Villavicencio | Las implicancias de la pandemia muestran, una vez más, el mayor riesgo que asumen los trabajadores de la salud de la APS del hospital del Norte Grande, el personal de la Dirección de Tránsito de la municipalidad de Monte Quemado y la policía de la provincia.

Todos  asociados a sus funciones en la primera línea de la atención sanitaria y social en la desigual lucha que impone a los sistemas sanitarios del mundo el mortal virus del Covid-19. 

Son ellos los principales actores laborales que enfrentan este virus y que desempeñan roles que a menudo los exponen a riesgos para sus vidas, su salud y la de sus familias, asumiendo además mayores costos físicos y emocionales debido a jornadas extendidas y extenuantes, alejadas de sus hogares. Están en todo lugar. En los operativos sanitarios de vacunación, en las calles, en las esquinas, en el hospital con los infectados y en las viviendas de las familias aisladas.  

Por otra parte, la pandemia provocada por el Covid-19 ha puesto de relieve la capacidad y resistencia de los sistemas de salud así como su preparación y respuesta ante emergencias sanitarias. Monte Quemado muestra en el personal sanitario capacidad de decisión y compromiso complementado por el personal de Tránsito municipal, cuyo personal trabaja con responsabilidad en una lucha sin cuartel para evitar que circule en la comunidad los contagios e infecciones asociados a este tipo de pandemia.  

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Pero la situación sanitaria enfatiza la urgente necesidad de contar con una fuerza laboral sólida, estable y bien remunerada en el sector de la salud, de tránsito y de la policía como parte integral de un sistema de salud eficaz y resistente.

No olvidemos que los trabajadores antes mencionado de Monte Quemado, al igual que la fuerza de seguridad, son jefes y jefas de hogar que dejan a sus  niños, niñas y adolescentes para cuidar en esta emergencia.

Es decir, tienen una familia y se arriesgan sin recibir la valorización que merecen, a pesar de ser la columna vertebral del sistema de salud, en las desigual lucha contra el virus que mató en el mundo a más de 4 millones de personas, lo que significa que se encuentran desarrollando una tarea en un contexto de alta vulnerabilidad sanitaria, social y económica, y valla para ellos nuestro justo reconocimiento.