Por Tony Villavicencio | Hoy, los conflictos del Mocase Histórico y el Mocase Vía Campesina, expresan y denuncian la persistencia de una problemática que no es de la tierra y que aún no se ha resuelto, sino que se ha profundizado.

A la vez, se ha actualizado con otros elementos de procedimiento que los divide y le imprimen a las diferencias gran complejidad.  

Hace unos días hubo una reunión del sector de Vía Campesina en La Providencia, departamento Copo, donde dos personajes que claramente responde a los intereses de una empresa latifundista de Alberdi, alentaban en la reunión a los desprevenidos compañeros, la necesidad de cortar los alambrados de un campesino del departamento Copo que hizo lo que todo campesino debiera hacer para aspirar con legitimidad la tierra que ocupa a título de dueño, construir mejoras  

Quién puede dudar que estos dos oscuros personajes son pagados y enviados por  la empresa latifundista para confundir y usar al Mocase Vía Campesina” en el intento de  borrar  mejoras y así favorecer a la empresa que litiga  en la justicia con el Campesino ocupante de la tierra. La amenaza según trascendió fue asentada en una exposición  en la policía  por un miembro del  Mocase presente en la reunión  a modo de deslindar su responsabilidad. 

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Empero, para todos en el sur del departamento Copo y norte de  Alberdi hay una sensación de  anarquía que perjudica a todo el campesinado ocupante de la tierra y favorece a los empresarios, y cobra vigencia el viejo y popular refrán “Cuando los hermanos se pelean los devoran los de afuera. La preocupación, aseguran los campesinos, no pasa por los conflictos, por la tierra, sino por los desencuentros entre los propios campesinos y la ausencia de justicia ante la impunidad para los que delinquen, en beneficio de la empresa.   

Por ejemplo, y aunque el gobierno nacional y provincial lo quieran disimular, el silencioso enfrentamiento, por ahora intelectual, del Mocase Vía Campesina y el Mocase Histórico de Santiago del Estero es una realidad que está siendo potenciada por los traidores que operan dentro de las organizaciones generando entre el campesinado  el enfrentamiento  en beneficio de la empresa Madera Dura.

También hay responsabilidad del Estado. Si tomamos el ejemplo de Colombia, la ausencia de justicia en las zonas del conflicto contribuyó al recrudecimiento del enfrentamiento en el territorio liberado y benefició al sector más fuerte que se corrompió y hoy en ese país las FAAR, organización campesina que  pasó a la clandestinidad, se convirtió en una banda de forajidos que reclama derechos asesinando a los campesinos de organizaciones opositoras. Lo  ocurrido en ese país debería dejar una enseñanza en los gobiernos: Donde no hay justicia, gemina la violencia.

Por los conflictos por la tierra es clara la Ley de prescripción veinteñal. El campesino que ocupa la tierra y es legítimo poseedor con más de 20 años de antigüedad, tiene derecho, ya sea generando mejoras, delimitando el campo con picadas, alambrando, cerrando, demostrando a los jueces que ocupa, produce  y cuida la propiedad a título de dueño.  Reuniendo esas condiciones en un país donde funciona el Estado de derechos, no debieran existir conflictos por la tierra.

Es cierto, el campesino es muchas veces víctima de administradores de justicia corruptos, que se acomodan con el empresario que más tiene para corromper, pero conocemos casos en el que el peor enemigo son los mismos campesinos.  Dirigentes traidores, que hoy esconden el vuelto que recibieron de los empresarios por vender derechos de los de su misma condición. En el norte de Santiago hay dirigentes de los campesinos que  de lunes a viernes ocupan en la zona de conflicto un ranchito; y los fines de semana se trasladan en sus 4x4 a provincias vecinas donde construyeron lujosas viviendas de fin de semana y hacen vida de empresarios.  

 Audios de infiltrados

Pero son estos mismos personajes infiltrados en las organizaciones campesinas. Según denuncias, serian alquilados por las empresas latifundistas, para desde adentro operar y llevar adelante maniobras en contra del campesinado. Tenemos los audios donde el administrador de un latifundio de Alberdi daba  instrucciones a un reconocido personaje para que rompiera alambrados. Este sujeto vino hace unos años de Capital Federal, se instaló en la zona de conflicto, se disfrazó de campesino y, encubierto, opera a favor de la empresa usando el nombre del MOCASE.  

Deuda pendiente

Oportunamente informamos que la situación del campesinado y la grave problemática por la tenencia de la tierra desde la recuperación de la democracia en nuestro país, es una deuda pendiente de todos los gobiernos nacionales y provinciales. Hoy, las organizaciones campesinas en la lucha han crecido y en su desarrollo no han podido evitar los focos de corrupción interna, que de acuerdo a testimonios de arrepentidos, avanza  con la complicidad de fuertes empresarios latifundistas amparados en todo en el territorio provincial por una sospechosa y ausente justicia.