El crecimiento vehicular y la circulación sin control de motovehículos por las calles de las ciudades y caminos rurales del norte grande de Santiago del Estero, impone que las autoridades municipales y policiales adopten urgentes medidas de prevención.

Los vecinos, especialmente niños, adolescentes y jóvenes deben ser preparados en educación vial.

SUBIERON LOS COMUSTIBLES, CRECE LA SUPERPOBLACION DE MOTOSICLETAS Y LA IMPRUDENCIA NOS ESTA MATANDO


En efecto, las irreparables pérdidas de vidas humanas a consecuencia de accidentes de tránsito ocurridos en los últimos meses de pandemia, protagonizados por conductores de moto invitan a los habitantes de la ciudad y también de zonas rurales a reflexionar sobre la inseguridad que representa circular en esos ágiles, veloces y económicos rodados a los que cuando se los conduce por las calles y caminos con impericia, imprudencia o negligencia, se lo transforma en arma mortal.
La crisis financiera nacional y el desmedido aumento del precio de los combustibles, es principal causa de que la gente se incline por ese medio de movilidad motorizado de bajo consumo y en ese sentido Quimilí, Campo Gallo, Monte Quemado y Nueva Esperanza, entre otras localidades del norte grande santiagueño, no escapan a la realidad nacional y provincial y van por ese vehículo.
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Estos rodados menores, en sus diferentes, marcas, modelos y cilindradas, con creces, han sustituido a las bicicletas, y también a los automóviles se ha transformado en un medio de trasporte, motorizado, económico ágil y veloz, condiciones que cuando se las utiliza con prudencia además de consumo económico son beneficiosas, especialmente para aquellas personas que, por diversas causas, trabajo y/u otras actividades recorren largas distancias, o registran intensa movilidad dentro de una misma ciudad.
Las motos por las calles de la ciudad y caminos rurales de la zona, van y vienen. Junto a los caminos rurales de tierra es tan intenso la circulación que paralelo se marcaron las motos sendas. La circulación de estos rodados representa una preocupación cuando se observa que en muchos casos los conductores transitan sin respetar normas de tránsito, en su mayoría no usan cascos protectores y la inseguridad se potencia cuando los que conducen son adolescentes, y en algunas ocasiones niños.
También es normal ver más de personas en un solo vehículo. En muchos casos son adolescentes y jóvenes, que descargan toda la inexperiencia, imprudencia y negligencia en el puño del acelerador de las motos a las que en picadas convierten en verdaderos bólidos que asustan, exponen y alertan de que algo hay que hacer para frenar.
Es de destacar que los accidentes de tránsito que antes se los leía en los diarios o mirabas por televisión, hoy ocurren y también se los lamenta en parajes del interior profundo de los departamentos Mariano Moreno, Copo, Alberdi y Pellegrini. De nosotros, de nuestra educación depende evitar que estos sucesos se repitan, por eso una reflexión, “manejar con prudencia, perder un segundo de reloj y no la vida en un segundo”.