Por Tony Villavicencio | En Monte Quemado los medios de comunicación deberían cumplir un rol importante en el combate contra la desinformación, desde enfrentar rumores y mitos.

Cumpliendo con informar apegados a la ética y jamás debieran prestarse para para negar la verdad. 

Es tiempo de los hechos, no del miedo. Es tiempo de racionalidad y no de rumores, es tiempo de que el comité de emergencia mantenga informado del Covid-19 a la comunidad, mediante un reporte diario porque lo que está en peligro es la vida y la información correcta nos permitirá prevenirnos en forma individual y colectiva.

Es cierto, así como se propagó el virus, también pasó con los rumores, pero estos son menos peligrosos que la negación de la información oficial y de un tema que tiene una estrecha vinculación con la salud y la vida.

Monte Quemado es uno de los pueblos más desinformados de su propia realidad, hay una cultura del ocultamiento de todo lo que refiere al interés público. El poder político actualmente invierte fortuna para silenciar (pagando) a los medios, y ya no solo para callar opositores sino para negar, distorsionar y descalificar la verdad que socialmente los condena. Claro, el silencio y la negación pública de la verdad tiene precio y siempre se la paga con plata dulce del pueblo.

Información que había suministrado este diario digital con respecto al caso del médico portador de coronavirus y que desembocara en más de cien personas aisladas, sin pérdida de tiempo, el poder político habría convocado a sus comunicadores, quienes lejos de certificar la veracidad de la información, salieron a negarla, y descalificar la fuente, que reveló la grave negligencia incurrida  en un insólito hecho, cuando quienes concurrían al hospital a mejorar su salud, se los exponían a contagiarse del mortal virus, admitiendo la presencia en la guardia de un médico que se sabía provenía del  hospital de Pampa de los Guanacos, donde se le había realizado el hisopado y debería haber esperado el resultado aislado y no asistir a los pacientes de la guardia del hospital de Monte Quemado como ocurrió poniendo en peligro la salud de toda una ciudad.

En Monte Quemado no solo estamos combatiendo una pandemia, estamos combatiendo una negación de la información veraz, objetiva y la veces que rompieron silencio, fue cuando fueron desbordados por excelentes profesionales y comprometido periodismo de este diario digital.   

 El coronavirus se convirtió en una cobertura periodística de desafíos porque la epidemia está en pleno desarrollo.

Hay incertidumbre sobre los efectos de la enfermedad y el copeño está preocupado y es la única ciudad donde el comité de emergencia no tiene un reporte diario de la situación sanitaria de la comunidad. Todo se maneja con el misterio de las sombras.  Resumimos algunas pautas brindadas por la OMS, donde sugiere utilizar portales a fin de informar sobre la epidemia de manera oficial permanente y responsable.

La enfermedad puede generar miedo. Para combatirlo hace falta información, y una parte de los lectores en redes sociales solo se quedarán con los títulos de los artículos. Es importante publicar titulares que reflejen la verdadera situación de la enfermedad. Si la epidemia es una causa de preocupación, se debe explicar su importancia sin generar pánico.

Es cierto que el Covid-19 es una enfermedad que puede causar la muerte, como muchas otras. Presentarla como una “enfermedad mortal”, a pesar de que la gran mayoría de los pacientes sobreviven a ella, es innecesariamente alarmista. Mientras más preocupante sea una epidemia, lo responsable es evitar calificarla. Es mejor enfocarse en los datos y en los hechos. Por sí solos, son información suficiente. 

Cuando se trata de temas de salud se debe acudir a fuentes especializadas en el tema. Si bien los funcionarios de gobierno o políticos pueden declarar sobre medidas a tomar para contener la epidemia, no son los mejores voceros para explicar los aspectos científicos de una enfermedad.

Es cierto que es necesario desmentir rumores y mitos sobre la enfermedad es parte fundamental de la información, siempre que se haga de manera efectiva. Lo recomendado es combatir los mitos que realmente se hayan extendido en la población. Días pasado, escuché en una emisora local que una locutora recomendaba curarse el coronavirus con ajo y hojas de apio y lo hacía con un convencimiento que pareciera estaba leyendo un informe de la OMS. 

Se deben sustituir rumores y desinformación con verdades. Negar la verdad es afirmar una falsedad y hacerlo en nombre del oficialismo, es exponer a la desinformación y al contagio a toda una comunidad y quedó claro que los comunicadores oficialistas después de tratarnos de mentiroso alarmistas, y pedirnos cárcel, tuvieron que humillarse escuchando a los dos integrantes del comité de emergencia sanitario reconociendo la veracidad de nuestra información. 

Certificaron lo que habíamos informado con seriedad y responsabilidad. Cabe recordar que un médico al que habían realizado un hisopado, por un contacto directo, en el hospital de Pampa de los Guanacos, se hizo cargo de la guardia del hospital de Monte Quemado asistiendo a un número superior de 20 pacientes, para después ser notificado que resultó positivo del Covid-19.

Posteriormente, el licenciado Hugo Rizo Patrón y el director del Hospital confirmó lo que el dúo de comunicadores sociales, al servicio del poder, negaron y desmintieron descalificando la fuente.