Quién realmente realizó un video de mi hogar y se animó vulnerar mi intimidad, es porque el poder político local ha perdido el rumbo, navegando en las aguas turbias de su propia borra y canino a su total degradación institucional.

Cabe destacar que es innegable el vaciamiento de poder que registra en este último periodo de gobierno. La municipalidad no existe como institución, y todo se agrava aún si se tiene en cuenta que el Consejo Deliberante no funciona y atrofia el funcionamiento de la democracia. Hablamos de una familia que gobierna ya no desde el edificio municipal, sino de sus negocios particulares.

El desorden de la pandemia y el constante abuso de poder ocurrido tiene que ver con las causas que se denuncian y son fabricadas en perjuicio de un número importante de personas y tienen en el escenario principal al intendente, Manuel Osvaldo Castillo; a la Secretaría de Gobierno, Silvia Castillo; y a su pareja, el oficial de policía Gustavo Ariel Sosa, quien funciona como un brazo ejecutor del Poder Ejecutivo municipal dentro de la comisaria seccional 22 de Monte Quemado.

Este incesto entre la policía y la política en Monte Quemado ha gestado una peligrosa e incorregible criatura que no entiende de derechos y garantías y protagoniza arbitrariedades, abusos amparados y se percibe una delincuencia organizada.

Todos saben a quién respondía políticamente y de dónde provenían las tres mujeres que ejercían el narco menudeo, las que fueron detenidas, y quizás apuradas por la necesidad ingresaron a la actividad.

Pero claro, en el pueblo todos saben que la principal proveedora está libre y con poder. Se dice que “al pobre Tala”, ahijado del intendente, lo mandaron a hacer el trabajo sucio del recupero de lo que él nada tenía que ver, y ya les habría mandado a decir, que si no le arreglan la causa va hablar porque él se está comiendo un garrón de arriba. Según voces la historia no es como la cuenta el incentivado liberal.

En la pandemia la fabricación de causas, persecuciones, allanamientos truchos, no es la policía, sino es el obrar de una suerte de bandita comandada por el oficial Sosa, quién lleva adelante todo tipo de abusos, confiado en el poder político de su pareja, la secretaria de Gobierno, y en las influencias de su suegro, quién pese a la cadena de denuncias judiciales y públicas lo mantiene en la Seccional 22, y lo hace en desprestigio de la fuerza y comprometiendo al gobierno provincial, desde donde comenzaron a preocuparse por el funcionamiento de la democracia en Monte Quemado.  

La mayoría de los policías dicen estar cansados, se quejan de que Sosa ha convertido a la comisaria en una unidad básica donde se culpa o se perdona según sea la orientación política y eso es cierto, nadie puede negar las injusticias que se viven. Todos saben o palpitan que detrás del poder político hay algo más que un grupito al servicio del poder municipal.  La gente en Monte Quemado tiene miedo y es tiempo de ponerle freno a los atropellos y abusos de autoridad y la delincuencia organizada.   

¿Qué fin persiguen?

Una persona de civil vino a filmar mi domicilio —gracias a los vecinos— lo sorprendimos, no sé quién es.  Se asustó, disparó y se internó en la casa del ex secretario de Obras Públicas alias “Tete” Castillo, desde donde el desconocido nos insultaba.

Entendemos que el que delinque obra encubierto. Los asaltantes filman la vivienda de sus víctimas para preparar las entraderas, el sicario filma para saber los movimientos y evitar que la víctima pueda tener posibilidad de defensa.

¿Cómo no vamos a reaccionar cuando un desconocido filma tu casa?    

Era ya oscuro y el sujeto se ocultaba detrás de un barbijo, y en las sombras de una planta. Cuando la vecina nos dijo “están filmando su casa”, salimos, lo vimos casi en el último tramo de la vereda, me acerqué a la puerta y cuando nos descubrió salió disparando. Alcanzamos a ver que ingresó  a la vivienda del vecino, tratamos de que alguien salga de esa vivienda y lo obligara a salir esperamos un tiempo pero eso no ocurrió.

Entonces intuimos que se trataba de algún policía que detrás del coronavirus o de alguna persona de confianza de la familia gobernante, estaba en la maniobra. Inclusive llegamos hablarlo al fiscal de turno para avisarle que fuimos víctimas de una filmación de la vivienda por parte de personas que no identificamos.

Veremos cómo sigue, recordamos que una vez ya nos enviaron desde el poder una yarará, después sufrimos una balacera rompiendo el parabrisas del auto, y siempre nos llegan rumores.

Ahora ¿qué están preparando?

Tengo o no tengo derecho de preguntar qué esconde la maniobra de filmar los movimientos en una casa particular. Estoy preocupado, “Tete” Castillo sabe perfectamente de quién se trata, vecinos informaron que él lo saco de su casa tapándole la cabeza, lo cargó en un auto blanco y lo alejó. Hay una cámara que podría comprobar lo que estábamos contando.