Por Tony Villavicencio. Desterrar la corrupción en algunos sectores de la policía es la madre de todas las batallas para los gobiernos de la democracia, que en esta cuarentena se ven envueltos en escándalos policiales.

Sucede a nivel país y también local, donde ya hubo varios casos que son de público conocimiento.

El Gobierno nacional sigue con preocupación la violencia de algunos efectivos policiales en el control de la cuarentena, y desde la Secretaría de Derechos Humanos y el Ministerio de Seguridad monitorean los casos de violencia institucional en los operativos de fuerzas provinciales; en la mira los casos de Chubut, Chaco, Jujuy, Tucumán, CABA y Buenos Aires y otras provincias.

Violencia policial

El presidente Alberto Fernández tiene en la mira a los policías de algunas provincias que se extralimitaron en su accionar a la hora de hacer los controles de la cuarentena y generaron situaciones de violencia institucional. También el gobernador Gerardo Zamora, anunció que no se tolerarán actos de corrupción, abusos y violencia policial.

En Santiago tenemos el caso de los cigarrillos, donde, junto a tres comerciantes, hay once policías de la comisaria seccional 32 de Nueva Esperanza están implicados. Es el gobierno provincial el primer interesado en que la investigación avance, llegue al fondo y no dudó en poner en situación de disponibilidad a jefes y subaltérnenos involucrados.

Cuarentena

Desde el mismo modo, en la  Casa de Gobierno de Santiago del Estero se muestran inflexibles y son rigurosos con el cumplimiento de la cuarentena obligatoria y así lo hizo saber en reiteradas oportunidades el  primer mandatario provincial a todos los santiagueños. No cayeron para nada bien los videos que llegaron desde distintas ciudades del interior con respecto a la violencia policial. Ya habían advertido que habrá tolerancia cero para casos donde exista abuso y violencia del personal policial.  

“Hay que cuidar de que se cumpla la cuarentena obligatoria, pero ese no puede ser un justificativo para que haya violencia institucional y no se actúe con la ley en la mano. A los policías vivos o violentos no los queremos”, sentenció un alto funcionario de la casa de gobierno consultado por El Municipal Web.

Decapitaron cupulas policiales

En esta línea, hay que recordar que en esta primera etapa de la cuarentena, el Ministerio de Gobierno decapitó a la cúpula de la comisaria comunitaria N° 22 de la ciudad de Monte Quemado, incluido al politizado oficial principal Gustavo Sosa, que por sus vínculos afectivos con el intendente Manuel Castillo y su hija; la secretaria de gobierno Silvia Castillo —quien además es pareja de Sosa—, se había convertido en la cara visible de una represión violenta y abusiva que operaba en los barrios pobres de la ciudad cabecera del departamento Copo. 

Según pudo saber este medio, no son pocos los ciudadanos que se guardan y esperan el momento que se disipe la cuarentena para concurrir a la fiscalía y denunciar a este personaje y los agentes involucrados, quienes desde ya se disculpan aduciendo responder a la ley de la obediencia debida con la que intentan justificar los abusos de autoridad y violencia hacia personas que estaban en sus domicilios y los detuvieron sin autorización judicial, o a las que sorprendieron circulando en la calle y sufrieron maltrato policial.

La Secretaría de Derechos Humanos a cargo de Horacio Pietragalla Corti, ya tiene denuncias en marcha contra policías de Chubut, Tucumán, Chaco que pedían coimas para liberar detenidos que no habían cumplido la cuarentena. Algo similar ocurrió a nivel local con el secuestro arbitrario y la exigencia del pago en forma clandestina de las multas de motos secuestradas.

Al respecto se sabe que a la misma Secretaría ingresaron tres denuncias, acompañadas con videos, del barrio Villa Nueva de la ciudad de Monte Quemado. Se tratan de procedimientos ejecutados por el oficial Sosa, quien a pocos días de haber sido trasladado y puesto a disposición de la división personal, por gestiones de su suegro el intendente Manuel Osvaldo Castillo, la resolución de su traslado quedó sin efecto, causando el repudio de la población por las redes sociales.   

EL Gobierno santiagueño deberá ir limpiando de las calles a los policías violentos y coordinar una línea de trabajo en el cumplimiento de la cuarentena. Deberá seguir de cerca el accionar de la policía porque cuanto más persista el malestar social por el aislamiento, mayores casos de enfrentamientos podrán darse entre policías y ciudadanos. Por ello es necesario evitar todo tipo de situaciones de violencia que generen mayores problemas a la crisis sanitaria, porque el contacto dialectico, entre el orden y la libertad, explica a veces las relaciones difíciles entre la policía y el ciudadano. Siempre se necesitan relaciones del policía éticamente aceptables y el objetivo del policía, sobre todo, debe hacer respetar la ley, pero respetando ellos mismos la Ley.