Por Tony Villavicencio.- Fueron muchas y desde hace varios años las promesas de los políticos que en plena campaña electoral prometen reparar la destruida Ruta Provincial N°4 promesas que nunca las cumplieron a pesar de que ese camino es la principal causa que frena e impide el progreso y el desarrollo del departamento Copo.

Al respecto cabe recordar que son numerosos los estudios que apuntan hacia el positivo impacto económico y social cuando los caminos se encuentran en buenas condiciones, ya que no solamente sirve al traslado de la producción, sino que vinculan a las comunidades rurales con las escuelas, y los servicios de salud. El enfoque tiene como objetivo demostrar el impacto que tienen los caminos en la vida de los pueblos y la incidencia en costos logísticos y en la comercialización de la producción de la región.  

Sin duda se muestra lo indispensable que resulta mejorar la eficiencia en la gestión de la red de los caminos. Copo es un departamento de Santiago con una extensa geografía, y se caracteriza por tener una de las redes viales de caminos rurales, sin el debido mantenimiento, donde en muchos casos la producción agrícola-ganadera, se encuentra limitada y en algunos casos no se produce en la medida del potencial que presentan las distintas zonas, porque sin caminos no hay posibilidades de desarrollo.

Ruta N° 4, Copo

El departamento Copo, es uno de los más claros ejemplos, de cuando se abandonan los caminos, se frena el desarrollo y se empobrecen los pueblos. Citar de ejemplo la emblemática Ruta Provincial N° 4, es repetir y contar lo mismo.

Esta ruta de promesas de la política incumplidas, es columna vertebral del departamento y a pesar de su importancia para la producción y la economía de la región su trazado como hace doscientos años es de tierra, con el agravante que desde hace varias décadas ha sido virtualmente abandonada, por los gobiernos de los últimos 30 años y actualmente circular los 90 kilómetros desde Vinal Suni, hacia la ruta 16 (Monte Quemado), es emprender viaje con un alto riesgo de destruir el vehículo, enfermar los riñones y agotar la paciencia.

Las familias que habitan en esta parte del departamento, se estiman en aproximadamente 2.800, las cuales después de agotarse la explotación forestal por el agotamiento de los recursos naturales, emprendieron como un nuevo recurso de vida, la cría de ganado menor y mayor, producción a los que por falta de camino no pueden comercializar, limitados a producir para consumo propio desaprovechando el potencial productivo que presenta la zona.

Cabe destacar que la ruta 4 existe en mapas, y si antes fue un camino, por efectos del abandono, físicamente el terreno prácticamente no existe y ha perdido su trazado, y el que puede, transita por los desechos exponiendo el vehículo a troncos y en tramos el camino es el lamedero de vacas, son pozos, cárcavas, médanos, grietas y cuando llueve, el camino se transforma en represa.