Por Culimpio.- Culimpio estaba caminando con otro amigo, y en una etapa de la caminata tuvieron una discusión y su amigo le dio una bofetada en la cara. Después de quejarse del dolor, Culimpio que vivía de su pluma y de su palabra, sin decir nada, escribió en un montículo de arena que había quedado de la obra del hotel de Cacho Luna: "Hoy mi mejor amigo me dio una bofetada en la cara”.

Se arreglaron, se volvieron a amigar y continuaron caminando por la banquina de la Ruta 16. Hacía calor hasta que decidieron bañarse en el canal de Dios.

Culimpio que había sido abofeteado, se tiró primero y justo cayó en un profundo pozo. Como no sabía nadar comenzó a ahogarse, pero su amigo el que antes lo había abofeteado lo salvó. Y fue cuando después de que se hubiera recuperado de su conmoción, Culimpio agradecido escribió en una piedra: "Hoy mi mejor amigo me salvó la vida".

El amigo que antes lo había abofeteado y media hora después lo salvó sorprendido le preguntó a Culimpio: "Después que te di un parchazo en la cara y te hice daño escribiste en la arena. Y ahora, escribes en piedra, ¿Por qué?"

Culimpio le respondió: "Cuando alguien nos lastima debemos escribirlo en arena donde los vientos del perdón pueden borrarlo. Pero, cuando alguien nos salva la vida debemos grabarlo en piedra donde ningún viento pueda borrarlo".