Por Tony Villavicencio.- No necesariamente se debe ser un experto en economía para advertir el daño que hizo el gobierno de Mauricio Macri a nuestra argentina, que nos embarcó en la timba financiera y este es el resultado  que atraviesa el país, que repercute en la gente, golpeando sin piedad a las familias de clase más bajas, con un gran crecimiento de la desocupación, la pobreza y el hambre.

Sólo basta recolectar los últimos datos oficiales relacionados a la pobreza, como así también el proceso inflacionario, la fuerte devaluación del peso, el estancamiento de la economía y distintos indicadores de la economía en relación con el pueblo trabajador.

Mabel, que vive en Monte Quemado, es empleada doméstica y su marido remisero. Nunca les ha sobrado el dinero, pero hasta ahora siempre les alcanzó para vivir y mantener a su pequeña hija de 6 años.

Sin embargo, hoy su situación es muy complicada. “Mi marido sale da unas vueltas gasta nafta  en el pueblo ya nadie gasta en remix y a mí no me alcanza la plata para llegar a fin de mes”, le cuenta la mujer a El Municipal Web.

“Hace mucho tiempo que no puedo comprarle fruta a mi hija. El otro día me dijo: ‘Tengo hambre mamá'”, relata, con lágrimas en los ojos, la joven madre.

Mabel es una de las millones de  personas que forman la clase trabajadora de Argentina y que hoy corren riesgo de caer en la pobreza, o es decir, ya está en la pobreza y están pensando vender el auto que antes les ayudaba a servir el pan en la mesa de todos los días.

Estadísticas

Las estadísticas oficiales que acaba de revelar el Gobierno muestran la magnitud del problema: el 33, 2% de los argentinos es pobre, un aumento del 8,3% con respecto al año anterior.

Son 3,7 millones de argentinos que cayeron debajo de la línea de pobreza en un solo año. De esos, unos 1.200.000 viven en la indigencia.

No hay que ser experto en economía para entender dónde está el problema.

El mismo Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) que dio a conocer las cifras de pobreza, también indicó cuánto dinero necesita una familia tipo (dos adultos y dos niños) para no ser pobres: $27.570 Eso es más de dos salarios mínimos, cuando hoy un trabajador percibe un sueldo  $12.500, la mitad de lo que necesita para no ser pobre.

Tampoco a los más ancianos les alcanza para vivir. La jubilación mínima -que cobra el 70% de los cerca de 8 millones de jubilados- está en $ 8.400, tres veces menos que el mínimo de lo que se necesita para no caer en el fondo. Para muchísima gente los números simplemente no cuadran.

Devaluación, inflación y recesión

El motivo por el cual a muchos no les alcanzaron sus ingresos para vivir es la vertiginosa inflación del 48% —la más alta en casi tres décadas— que arrasó con los salarios, la que en este primer trimestre subió otros 2% y esa subida estuvo directamente atada al fuertísimo aumento del dólar, que el último año duplicó su valor en Argentina.

Esto, en medio de un estancamiento de la economía —o recesión— que llevó al cierre de muchas pequeñas y medianas empresas, las principales generadoras de empleo.

Según las cifras oficiales, el desempleo aumentó casi dos puntos en 2018, con un porcentaje del 9,1%, el más alto desde 2005. También aumentó la precariedad laboral.

Si bien es común que un aumento del dólar se vea reflejado en los precios de los productos importados, en Argentina todos los productos acusan el impacto, ya que es el país con mayor traslado a precios de América Latina, según explicaron a El Municipal Web, los contadores públicos que entienden la materia.

Leche y naftas

El precio de la leche es uno de los que más se disparó: hoy, un sobre de leche o sachet vale lo mismo que un litro de gasolina: unos $50 y a finales de 2015, cuando asumió el actual presidente Mauricio Macri, la leche valía un cuarto de su precio actual en pesos: $ 10,50. También el queso, la manteca y la carne se han vuelto alimentos fuera del alcance del bolsillo de muchos argentinos de clase media baja.

Muchas familias, como la de Mabel, también debieron dejar de comprar fruta y hoy basan su dieta en alimentos más baratos pero menos nutricionales, como los fideos.

Unicef advirtió recientemente sobre el impacto que el aumento de la pobreza en Argentina está teniendo especialmente sobre los más chicos.

“El 42% de los niños, niñas y adolescentes viven bajo la línea de pobreza (6,5 millones), señaló en un informe oficial publicado a finales de marzo.

El organismo resaltó que el 48% -casi la mitad de los niños del país- “sufre al menos una privación en sus derechos básicos y fundamentales”.

“Argentina enfrenta actualmente una situación económica compleja, tanto desde el punto de vista de los indicadores macroeconómicos como en relación a los indicadores sociales y las condiciones de vida de una parte importante de la población”, señaló.

Panorama complicado

Pero quizás lo más preocupante es que el panorama para este año 2.019 está lejos de ser alentador. En marzo, el país volvió a sufrir otra brutal devaluación, con una escalada del dólar que ya aumentó un 13% en el primer trimestre.

Eso, indefectiblemente, se trasladará a precios, dejando a aún más personas fuera del alcance de bienes básicos.

En abril, además, se anunciaron nuevos aumentos en la tarifa del gas -que ha subido más del 1.000% desde que asumió Macri- del transporte público y del combustible.

El malestar social que generan estos llamados “tarifazos”, en medio de la devaluación y la recesión, podría agudizarse a medida que se acerca el 11 de agosto, fecha en la que los argentinos acudirán a las urnas para definir los candidatos para las elecciones presidenciales del 27 de octubre.

Si uno sale y consulta a los futuros electores, que elegirán al nuevo mandatario hasta  el periodo 2023, las aspiraciones de reelección del presidente Mauricio Macri, por lo que indican las cuestas  hasta  pareciera una desvergüenza y un  disparate, después del daño que le causo al  país.