Por Tony Villavicencio.- La municipalidad debería abrir las puertas y ser la concentración de la diversidad, de ideas, de pensamientos, de proyectos. El municipalismo no es pertenecía de los que ganaron una elección, la institución de la democracia debe cumplir el rol de integracionista de una sociedad solidaria pluralista y humana. Es  el ejercicio de un municipio cuando funciona dentro de un estado de plenos derechos.

Es penoso ver al ciudadano que nace y crece en los sistemas de sometimiento, donde el que manda se nutre de la obsecuencia, que deshumaniza, se desentiende del que sufre y el que gobierna se convierte en el patrón, único dueño de todo y de todos.

Es destructivo para la sociedad cuando desde un gobierno se obra, sediento de venganza política, contra quienes  no comulga un mismo ideario, un mismo pensamiento.

Es duro convivir en ciudades con gobiernos de estas características, pero más incomprensible es que la Cámara de Diputados de la Provincia y la Justicia no pongan límites a estos excesos de los políticos que llegan al poder y malinterpretan el rol de las instituciones del Estado a la que convierten en herramientas de sus mezquinas y escandalosas bajezas políticas, destruyendo el sistema de las libertades, en el permanente abuso de someter al vecino y no la de persuadir.     

El funcionario público debe de ser respetuoso y ejemplo en el cumplimiento de la ley, y no usar a la ley y a los organismos del control del estado al servicio de sus instintos políticos perversos, discriminando en sus derechos y servicios a los ciudadanos.

En Monte Quemado, el que gana una elección y asume el poder del municipio, cree que gana todo y para el que pierde, ni justicia. Es esa la sensación, el antecedente y la enseñanza   que se dejan los gobiernos en los regímenes democráticos autoritarios, donde el que asume a la municipalidad gana todo y el que pierde, pierde todo y entonces se desnaturaliza y se devalúan a las instituciones de la democracia que debieran estar al servicio de la diversidad.

Malos ejemplos

Podemos citar en el pasado y en la misma actualidad pronunciados ejemplos. No hay respecto por la estabilidad laboral, se deja cesante a los que fueron designados por el que se fue y se nombra en cargos a los que acompañaron al proyecto en lo que es un manoseo de los derechos humanos y de la propia Ley.

Se dejaron sin trabajo a cuatro maestras jardineras, sin interesar la educación de los alumnos, en lo que fue un verdadero atentado en perjuicio de la educación.

Sin mediar ordenanza, ni decreto del ejecutivo municipal, por antojo del poder “yo soy la ley”, se prohibió la parada a los colectivos de larga distancia, impidiendo que los enfermos, los discapacitados y los ancianos, puedan llegar a su destino con mayor comodidad y cuando llega la queja, al municipio se los manda a tomar un remis, sin tener en cuenta que muchos no disponen de recursos.

Se discrimina a los vecinos con los servicios y hasta se quiso frustrar los sueños del cumpleaños de una niña de 15 años, porque el dueño del salón donde se realizaba la fiesta es dirigente opositor al gobierno de turno, obligando a la criterios a mediación del vicegobernador de la provincia, Emilio Neder, para hacer prevalecer el derecho, de una familia de festejar en paz el cumpleaños de su hija. Hay una larga lista de abusos que ocuparía tiempo y espacio en rememorar.