Por Tony Villavicencio.- El gobierno del presidente Mauricio Macri no debe negar y ocultar la realidad social y económica de Argentina. El fantasma de la humillación y el hambre ha comenzado a cobrar sus primeras víctimas. Ancianos y niños desnutridos de los sectores desposeídos mueren en las orillas de las ciudades pueblos y los montes del norte grande sin acceso a los alimentos.

En el marco de esa dura realidad, el Ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, en el 50 aniversario de la Comisión Nacional de Valores, aseguró ayer que “todo el ajuste que hemos hecho hasta 2018 fue del lado del gasto público y que se espera el esfuerzo del pueblo, en el transcurso de los primeros meses del año 2019”.

La verdad, expresar esto después de la descontrolada inflación que provocó la estrepitosa caída del poder adquisitivo del pueblo trabajador, “o es una broma o se estuvo burlando”, se preguntaron los presentes y otros mejor intencionados interpretaron que el ministro se estuvo anticipando al ajuste que vendrá el próximo año, después de que ayer se aprobara el cuestionado proyecto del presupuesto de cálculos y gastos del año 2019., con más inflación en los primeros tres meses.

La Ley madre de leyes, aprobada en la madrugada de ayer por el Senado de la Nación, donde el oficialismo es minoría, otorga el derecho al análisis de conductas cuando, entre luces y sombras, la minoría obtiene el número de votos para aprobar la cuestionada Ley. Cabe entonces el viejo y remando refrán de que “por la plata y la comodidad baila y se viste el mono”.

Los senadores, fieles a sus principios, dicen que se negaron aprobar el Presupuesto 2019, respondiendo a los intereses de todos los argentinos, a la vez que en el recito denunciaron que la Ley de Leyes fue ideada y diseñada para favorecer al Fondo Monetario Internacional, lo cierto y concreto es que el Presupuesto se aprobó con el voto de los que hacen negocios con las bancas que le delegó el pueblo para que lo representaran.

El Fondo Monetario Internacional es un grupo financista usurero que no tiene culpas y es cierto tampoco límites ni códigos, ellos vinieron hacer su negocio y a mi humilde entender, para nada son responsables del endeudamiento argentino, vinieron a hacer su negocio, imponiendo sus propias reglas del juego, para nada les interesa la desocupación y el hambre del pueblo y cuando obran, lo hacen favorecidos por gobiernos de países donde la traición a la Patria es una figura muerta del Código Penal y los traidores ni siquiera sufren la condena social.

Es por eso que el ministro de Hacienda señaló que el país, entre este año y el próximo, hará un ajuste fiscal de casi tres puntos del Producto y destacó que “esto nunca se había hecho en Argentina sin que caiga el Gobierno, un ajuste fiscal de esta magnitud”, y de esta manera a fuerza del hambre del pueblo se cumple con las exigencias del F.M.I.

Por último, remató diciendo que el terreno de la política de Cambiemos va a ganar las elecciones del año que viene. “Los pueblos no vuelven hacia atrás”, reiteró causando por momentos asombro en el auditórium, no por su visión política de futuro, todo es posible en un pueblo con representantes huérfanos de ideales, pero admitir que el esfuerzo económico aun no lo ha realizado, es negar el sufrimiento del pueblo.

El hambre en algunos sectores ha comenzado a socavar el estómago de miles de niños y ancianos, que se mueren desnutridos a lo largo y ancho del país. El intento de negar las consecuencias del plan económico que nos llevó a una crisis sin precedentes a todos los argentinos es inmoral, si viene de los funcionarios responsables de la tragedia económica a la que nos han llevado.

Si recorremos las tapas de los diarios del Noa y del Nea de la edición de ayer y de todos los días, nos encontraremos con la dura realidad de provincias consideradas pobres y que pertenece al Norte Grande, donde la crueldad de la crisis económica ha comenzado a profundizar su despiadada presencia en los más desposeídos, el fantasma del hambre disgrega y destruye hogares, la gente se quedó sin tener para comer, reina la desnutrición y la peor parte la llevan los niños y ancianos.

Tapas de diarios

En Formosa, sepultaban a una niña de 12 años de la comunidad aborigen que murió desnutrida. En Salta, despedían los restos de tres ancianos encontrados muertos hacinados y desnutridos. En el hospital Perrando del Chaco, en menos de 45 días mueren ocho bebés desnutridos, entre estos cuatro con madres parturientas desnutridas y aquí en el departamento Copo, a menos de 50 kilómetros de Monte Quemado, el comisionado municipal Víctor Hugo “Lito” Barrionuevo, el viernes concede cristiana sepultura al último de los 13 ancianos pobres fallecidos en menos de cuatro meses.

Todos los días nos encontramos con noticias de esta realidad económica a las que las informan los diarios de las provincias y los medios nacionales adictos a la Casa Rosada las ocultan, en un inhumano y cómplice silencio.