Por Tony Villavicencio.- Resulta de terror recopilar una serie de denuncias que, según afirman, describen el “sistema de coacción, clientelismo y vulneración de derechos humanos” en el empleado municipal, a partir de una serie de medidas aplicadas por las flamantes autoridades del gobierno de familia, que administra la Municipalidad de Monte Quemado.

El intendente Manuel Osvaldo Castillo, sus hijos y primos, ocupando secretarías estratégicas de la comuna, en el más claro ejercicio del nepotismo, de donde según denuncias radicadas en la justicia, promueven la “precarización laboral”, mediante cesantías arbitrarias, para dar lugar al clientelismo político, al amiguismo y la violencia institucional contra los trabajadores.

A pocos días de asumido, en un marco de extrema desprolijidad administrativa, se reproducen a gran escala los problemas de arbitrariedad, persecución sin límites -como es la cesantía de 37 obreros municipales- o la quita de categorías a empleados de planta permanente y con antigüedad, junto con la permanente obstinación hacia el personal de tránsito, con la amenaza inclusive de desvincular al municipio del Sistema Nacional de Seguridad Vial.

No es frecuente observar la negación de la entrega de los recibos de sueldos o la presencia policial, controlando quién ingresa o quién sale de la comuna. Este tipo de presiones son las que se ejerce para con el vecino, que concurre al edificio municipal, que pertenece a todos.

Estos hechos, los cuales en algunos casos han sido denunciados en la justicia, mediante la presentación en el juzgado de la ciudad de Monte Quemado de los respectivos recursos de amparo, en cuyos fundamentos se pudo leer el textual tenor: “Todo se administra como en los obrajes, a voluntad y necesidad del patrón”.

Estos escritos ya fueron oportunamente presentados en la justicia por profesionales, pidiendo el reintegro a sus puestos de trabajo del personal cesanteado y es la justicia la que espera en un plazo perentorio, se pronuncie y los devuelva a su lugar habitual de trabajo. 

Las docentes despedidas

El caso de las cuatro maestras jardineras, que de un plumazo fueron desplazadas del cargo, provocando el virtual cierre de los jardines de infantes municipales, desencadenó un grave perjuicio en la educación de por lo menos 100 niños, que concurrían a los cuatro jardines de salas de 3, 4 y 5 años.

Este solo hecho provocó conmoción en toda la ciudadanía, donde se escuchan las voces de que no se tuvo en cuenta a los niños cuando se firmó la torpe resolución del despido de las maestras jardineras, y se interrumpió el periodo lectivo, que hasta hoy continúan aun cerrados los jardines.

La madre de un alumno se preguntaba en voz alta: “¿Tendrá idea la secretaria de Gobierno Silvia Castillo el perjuicio que provoca interrumpir el ciclo educativo y el impacto emocional que representa separar a los niños de su ‘seños’?”.

Al respecto, hay padres que no sólo están indignados, sino preocupados, porque sus hijos, al no concurrir al jardín, “están tristes y preguntan por qué no los llevamos al jardín”, comentan con lágrimas de impotencia que brotan de sus ojos.

“Son estos los resultados de las políticas implementadas por el Gobierno Municipal a cargo del obrajero Manuel Osvaldo Castillo. Yo lo voté, pero no para que llenara con su familia la municipalidad, ni mucho menos para que dejara sin trabajo, por cuestiones políticas, a muchas familias”, se la escucho decir a otra madre exaltada en la puerta de uno de los jardines de infantes cerrados.   

Todo se cumple en el interés de una dominación y el control de la planta de personal, y por el otro, el método, es dejar sin trabajo a unos para cumplir con la promesa electoral y de esa manera funciona el clientelismo político, que se transforma en el clientelismo laboral -o sea, “te doy un trabajo para que formes parte de mi tropa política”-, así como el clientelismo concesional -que te dice: “bueno, yo te devuelvo la categoría si vos estás conmigo”-. Ese clientelismo concesional, además, pasó a ser coercitivo, porque “si no estás conmigo, te rebajo la categoría o te cambio de funciones”, como es el caso del personal afectado a la Dirección de Tránsito. Área del municipio donde reina el desorden, que por estos días se traslada a las calles y se transforma en inseguridad vial.

Por otra parte, un obrero municipal expresó a El Municipal Web que se está viviendo en la municipalidad de Monte Quemado “un clima de miedo y angustia”, con el agravante del “no llego con el sueldo a fin de mes”. Y después el accionar directo de la familia gobernante, con la coacción directa, lisa y llana, porque “esto lo están haciendo sin pudor y sin antifaz”, dijo el trabajador, acotando que “si no le ponen freno ahora, estos se van a llevar la municipalidad a la casa, al aserradero (sic)”.

Esa sensación se percibe en todos los rincones de la ciudad y se comenta que la familia gobernante está administrando lo que es de todos, como un bien propio, sin respetar ningún prurito ético, moral, dentro de un sistema que vulnera la ley, los derechos humanos y que genera un clima de violencia institucional.

Profesionales del derecho consultados, que prefirieron se resguarden sus nombres, opinaron que “no se desconoce lo que está pasando con el ejecutivo municipal”, a la vez que reconocieron que es violento quedar sin trabajo, pero instan a esperar y que confíen los ciudadanos en la justicia, que en su pronunciación dentro del derecho, “colocará en su lugar a cada interés en conflicto”.