Por Tony Villavicencio.- “Periodismo es publicar todo aquello que de las estructuras del poder niegan para el pueblo se informe”, decía un profesor en una charla en el intento de reflotar un diario en crisis.

Hoy, los diarios, lo único que informan son casos policiales siempre y cuando no involucren a políticos y no afecte el prestigio y el ordenamiento funcional de las instituciones de los gobiernos. Para los medios, todos los que llegan a la función pública se convierten en santos y los diarios se transforman en la “Biblia” que reflejan, nada más que los ejemplos de amor y solidaridad de funcionarios públicos, que sí ocurren, pero también se registra desamparo e incumplimiento de las obligaciones. Esa verdad es poco frecuente que se la refleje.

Difundir los abusos del poder y la pobreza de los que sufren, denunciar los actos de corrupción, no es estar en contra ni a favor de nadie. Es ser buen cristiano. Cumplir con el apostolado de la profesión, ayudando a que las instituciones y el gobierno funcionen mejor, para beneficio del mismo gobierno, del sistema democrático y del pueblo que le confió el mandato. Es esa la función de la prensa en el marco, de un Estado de pleno derecho.

Hay que bajarse de las operaciones de prensa, que corrompen gobiernos y enriquece a empresarios gráficos y desprestigia a los periodistas, cuando se reflejan los intereses mezquinos de unos y otros y hay que decirlo: La pluma o el micrófono del comunicador social, están atados al bolsillo del empresario de las comunicaciones, que es quien se mueve según sean sus intereses, entre el silencio, la media verdad, la media mentira y el periodista muchas veces se queda con la verdad escondida entre sus dientes y la pluma.

Estamos convencidos que hay que volver a la verdad, PORQUE LA VERDAD HACE BIEN A TODOS Y SÓLO CON LA VERDAD SALVAREMOS LA PATRIA.

*Nota del editor: Publicación tomada del perfil de Facebook de Tony Villavicencio, posteada en 2015 y reeditada a fin de ser reflejada en tiempos modernos.