Por Tony Villavicencio.- Si un hecho no aparece en los medios, no existe. Los medios de comunicación son hoy poderosos, influyentes que han empezado a construir un mundo propio, un mundo que poco tiene que ver con la realidad, y mucho peor cuando estos medios, por el precio de la pauta publicitaria, deben someterse a distintos espacios de poder, ya sea político o económico y pierden interés de reflejar la realidad, que es lo que ocurre en Argentina.

Un periódico o una cadena de televisión no puede permitirse carecer de la noticia que ofrecen sus rivales, y de esta forma, los medios de comunicación así, acaban por estar más pendientes de la competencia que de la realidad, por eso las noticias que recibimos son prácticamente las mismas en todos los medios, todos cubren la misma información, descartando otros acontecimientos también importantes o cruciales que quedan en el olvido y no existen.

Son otros hechos, cuando, los medios por no perderse la primicia, no chequean la información, como es el caso de  la edición de ayer de Página 12, un diario nacional con prestigio, que es sorprendido con una noticia, que en la jerga del periodismo se lo conoce vulgarmente como “le vendieron pescado podrido”, en el caso del campesino que resultara quemado , se informó que  la policía y un grupo armado, balearon con postas de gomas, le arrojaron combustible y le prendieron fuego.

La realidad es otra, el mismo se roció con nafta y se prendió fuego con un encendedor y fue la policía la que lo auxilio, habiendo resultado herido un uniformado, con quemaduras de primer grado. Es decir, se invirtió la realidad el concepto y el valor de la información.

La mayoría de los lectores de un diario reciben de forma pasiva la información que se les ofrece, los empresarios gráficos de los grandes grupos editoriales deciden por ellos qué deben pensar, seleccionan el material y ordenan el tratamiento que hay que darle a la noticia y allí está la realidad, distorsionada por los efectos de una manipulación de la información.

El lector medio no puede llevar a cabo estudios independientes sobre la situación del mundo, sería imposible incluso para un especialista. El lector medio que trabaja, vuelve a casa cansado y quiere pasar un rato tranquilo con su familia, recibe únicamente el mensaje que le llega en una rápida hojeada a los titulares del diario, estas breves líneas determinan qué pensamos del mundo y cómo lo pensamos.

En Argentina, estamos en una democracia donde los medios de comunicación se han convertido en la principal herramienta, con la que el poder político lo confunde, lo distrae y somete al pueblo argentino. Los empresarios gráficos de los grandes grupos editoriales, a cambio del dinero del pueblo empobrecido, prestan servicio al poder y ocultan, distorsionan o engañan, con información falsa, al lector o televidente o al que escucha radio, que no tiene la oportunidad de chequear la información suministrada por estos grandes que monopolizan la información.

No es posible pensar de otro modo en Argentina, que el que te imponen los medios de los grandes empresarios gráficos y así puede hacerse una opinión imparcial. Está bien, pero... ¿Quién tiene el tiempo de hacerlo? Es más fácil sentarse en frente de la televisión, leer la prensa basura o solamente los títulos ¿Es posible destacarse de la opinión ambiente y pensar de manera libre? No me lo creo, porque el medio ambiente ejerce una influencia muy fuerte. “cuando la prensa no habla de tal evento, no existe” y los argentinos tenemos la sensación que si no lo vemos en el diario, la televisión o lo escuchamos por la radio, la información que nos llega, no es verdad.